El portavoz de las Clarisas de Belorado acusa a monseñor Mario Iceta de querer hacer una «operación inmobiliaria»
El portavoz de las Clarisas de Belorado (Burgos), José Ceacero, acusó al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, de intentar llevar a cabo una «operación inmobiliaria» e imponer con fuerza el derecho canónico sobre el derecho civil.
En declaraciones a Europa Press, las religiosas se refirieron a la situación surgida después de que las Clarisas de Belorado y Orduña anunciaran su abandono de la Iglesia Conciliar para quedar bajo la tutela y jurisdicción de la Unión Pía Sancti Pauli Apostoli, fundada por Pablo de Rojas.
El origen de la controversia está relacionado con una operación inmobiliaria fallida y este viernes las Clarisas se negaron a recibir una delegación enviada por la Santa Sede, requiriendo la presencia de una patrulla de la Guardia Civil.
Las monjas clarisas están enfrentando la situación con normalidad, sabiendo las posibles consecuencias como la excomunión y sanciones, ya que no reconocen la legitimidad del arzobispo de Burgos ni del papa Francisco.
Ceacero, recordando que las monjas no reconocen la legitimidad del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ni del papa Francisco, enfatizó que seguirán actuando con normalidad.
En cuanto al burofax enviado por el Arzobispado tanto a Pablo de Rojas como a él mismo, Ceacero admitió haberlos instado a abandonar el inmueble, posibilidad que descartó a la espera de una orden judicial.
Por otro lado, aseguró que las monjas recibieron un decreto canónico y no una notificación civil, en la cual fueron citadas para comparecer ante el tribunal eclesiástico en un plazo de diez días para ratificar su cargo y poder ser excomulgadas individualmente.
En su opinión, monseñor Mario Iceta estaría imponiendo el derecho canónico por encima del derecho civil para disolver las entidades con personalidad jurídica propia y quedarse con las propiedades.
Rechazó que las Clarisas de Belorado quieran hacer alguna operación inmobiliaria y busquen solo vivir en las propiedades, y recordó que allí se seguirán celebrando misas, aunque en los últimos días la iglesia esté cerrada para evitar llenarse de habitaciones.
Quienes quieran asistir a los actos litúrgicos deberán hacerlo con las normas de vestimenta de 1958 con Pío XII: hombres con manga larga y mujeres con manga larga, falda, medias y velo.
