SAN SALVADOR –
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció el jueves que el Ministerio de Cultura despediría a 300 empleados que, según él, promovían agendas «incompatibles» con la visión del gobierno.
«Además, en el proceso ahorraremos fondos públicos», afirmó Bukele en X. Una «medicina amarga».
Bukele no proporcionó más detalles. Sin embargo, la semana pasada nombró a Raúl Castillo, un ex maestro, como ministro de Cultura, con el objetivo de «promover los valores patrióticos y familiares».
La legisladora del partido gobernante Alexia Rivas escribió que incluye disposiciones para una serie de derechos humanos.
«Esto es lo que el pueblo ha pedido, esta es la visión de nuestro presidente y este es el camino que deben tomar los funcionarios», afirmó.
El Salvador tiene algunas de las leyes antiaborto más estrictas del mundo y a principios de este mes, el Ministerio de Cultura canceló una actuación de artistas drag después de recibir quejas de grupos conservadores y religiosos locales.
Bukele asumió el cargo a principios de junio para un segundo mandato después de ganar una reelección abrumadora, prometiendo curar las «enfermedades» del país centroamericano prescribiendo «medicamentos» para arreglar la economía, buscando una cura para el «cáncer de pandillas» durante su primer mandato.
También ha ganado una enorme popularidad por transformar la seguridad en un país que alguna vez fue uno de los más peligrosos del mundo, pero su uso de juicios masivos, una mega prisión y la suspensión de los derechos civiles han generado críticas de grupos de derechos humanos.
Bukele, un exprofesional de marketing, ha construido una poderosa operación de comunicaciones que le ha permitido influir en lo que los salvadoreños leen, ven y oyen sobre su gobierno como ningún otro líder anterior en la nación de 6,5 millones de habitantes de la era de Internet.
Los críticos dicen que el gigante mediático de Bukele está ayudando a socavar las frágiles instituciones democráticas del país.
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