EE.UU., Australia y Japón se niegan a pagar por sus emisiones contaminantes

EE.UU., Australia y Japón se niegan a pagar por sus emisiones contaminantes

Estados Unidos, Australia y Japón se niegan a pagar por sus emisiones contaminantes: estos países están haciendo todo lo posible para evitar asumir el pago de la deuda climática histórica por sus emisiones contaminantes acumuladas por el Norte Global. Ecologistas en Acción considera que los gobiernos deben presentar indicaciones claras que permitan incluir objetivos sectoriales, como la desaparición de la extracción y consumo de combustibles fósiles, en los compromisos que presentarán en 2025.

Hasta el 13 de junio se celebra en buena encuentro climático entre sesiones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el SB60. Este encuentro es fundamental para consolidar textos que permitan alcanzar acuerdos en la próxima cumbre que se celebrará en Bakú, Azerbaiyán, en noviembre de este año, la denominada COP29. Como pasó en el último COP, el país elegido, y especialmente la presidencia de la cumbre, no están exentos de polémica. Azerbaiyán es un productor y exportador de combustibles fósiles, especialmente gas fósil, con el que la Unión Europea firmó un memorando de entendimiento para duplicar su suministro de gas de aquí a 2027. Este gas será transportado a través del Corredor Sur de Gas, un gasoducto cuya construcción fue denunciado por organizaciones sociales y ambientales por el impacto en las comunidades locales y el medio ambiente. Ante esta situación, la sociedad civil internacional se ve nuevamente obligada a exigir un régimen de incompatibilidades que excluya de las negociaciones los intereses fósiles.

También hay que recordar que el gobierno de Azerbaiyán acumula numerosas denuncias de violaciones de derechos humanos; según Amnistía Internacional, solo en 2022 las cárceles por motivos políticos se duplicaron hasta alcanzar 230. Las organizaciones de la sociedad civil son claras en su exigencia: «No habrá justicia climática sin derechos humanos».

EE.UU., Australia y Japón se niegan a pagar por sus emisiones contaminantes. El tema más importante abordado en estas negociaciones es la necesidad de definir un nuevo objetivo de financiación global de 2025 a 2030, superior a los actuales 100.000 millones. Lejos de cumplir sus compromisos, parece que, sobre todo, Estados Unidos, Australia y Japón están haciendo todo lo posible para evitar pagar la histórica deuda climática del norte global. Aunque estas discusiones comenzaron hace tres años en la Cumbre de Glasgow, todavía no hay avances significativos. Hay muchos obstáculos para llegar a un acuerdo sobre cuestiones de financiación climática. Los gobiernos del Norte Global están tratando de centrar todo el debate en cuestiones de procedimiento. Sin ir más lejos, el último texto presentado se basa únicamente en textos indicativos y, como afirmaron los pequeños estados insulares en el pleno, se está acumulando un enorme retraso en un programa de trabajo acordado hace varios años.

Entre las cuestiones que generan el mayor estancamiento en las negociaciones está el número de países que deben contribuir, voluntariamente o no, a la provisión de fondos. Declaraciones que aumentan la desconfianza de muchos países que ven en esta maniobra un intento del Norte global de evitar asumir su responsabilidad histórica. La organización ecologista recuerda que el primer paso para pedir algo a alguien es empezar dando un ejemplo: «Es muy difícil dar credibilidad al Norte Global cuando, cuatro años más tarde de lo esperado, los 100 mil millones anuales prometidos todavía no se han cumplido,» afirma la organización ecologista.

El año pasado, la Cumbre del Clima de Dubái terminó con el acuerdo para dejar atrás los combustibles fósiles, una afirmación muy alejada de los indicios de la ciencia, como ya denunció la organización ecologista. Sin embargo, para que estos acuerdos sean efectivos, la comunidad internacional debe incluirlos en la presentación de nuevos compromisos determinados a nivel nacional, que deben ser antes de la cima de Belén en 2025 en Brasil.

Para ello, los gobiernos deberían presentar indicaciones claras que les permitan incluir objetivos sectores, como la desaparición de la extracción y consumo de combustibles fósiles, adelgazar financiación para la adaptación del Norte al Sur Global o la transferencia de tecnologías y capacidades para permitir un desarrollo alternativo que no dependa de combustibles fósiles. Para ello es necesario aprobar un Plan de trabajo de mitigación para el seguimiento y cumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones.

En esta última semana de negociaciones, la organización ecologista quiere ser portavoz de las demandas y necesidades de todo un Sur global que sufre las consecuencias del cambio climático, de lo que apenas son responsables. Es una obligación moral llegar a textos ambiciosos que permitan abordar una parte de las reparaciones históricas y la deuda climática que el Norte global tiene con el resto del mundo.

FUENTE

nuevaprensa.info

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