Un herbicida natural, ecológico y asequible.
Los herbicidas químicos, aunque eficaces, representan un peligro real para la salud, la fauna y la flora. Los efectos tóxicos sobre la fauna son más importantes que sobre la flora, con reducción de fertilidad, desarrollo deficiente de embriones y anomalías genéticas en los animales. Por otro lado, ciertos herbicidas químicos como el Glifosato pueden destruir todo a su paso y afectar la absorción de nutrientes en el suelo, haciendo que las plantas sean más vulnerables a enfermedades.
En cuanto a la salud humana, se han realizado pocos estudios pero la Agencia Europea de Productos Químicos encontró que el glifosato no presenta riesgo de cáncer, toxicidad reproductiva o cambios genéticos. Sin embargo, es peligroso para los ojos de los usuarios y los organismos acuáticos. Además, los herbicidas químicos son peligrosos para el medio ambiente, causando contaminación de aguas subterráneas y del suelo.
Por otro lado, el vinagre blanco puede ser utilizado como herbicida natural, quemando las partes aéreas de las malas hierbas. Es eficaz en caminos y terrazas, pero no en cultivos. Se debe utilizar con moderación y diluir correctamente para evitar daños a la fauna y flora.
Para deshacerse de las malas hierbas, también se pueden utilizar otras soluciones naturales como el aceite comestible, el agua de cocción de patatas, el fresno de madera y tilo, el estiércol de ortiga, y plantar caléndulas. Cada método tiene sus ventajas y desventajas, por lo que es importante elegir el más adecuado para cada situación.
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