Un grupo de cien personas se congregó el martes frente a la sede principal de la policía en Via Laietana de Barcelona para exigir el traslado de la comisaría, con la intención de convertir el edificio en un espacio de memoria de la represión y los abusos que tuvieron lugar durante la época de Franco y la Transición.
La concentración forma parte de una campaña de protesta organizada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y la Comisión Digna.
Una de las víctimas de estos abusos, Jordi Llobet Martí, relató que fue arrestado el 27 de febrero de 1984, a los 18 años, tras participar en una protesta en Jaume Plaza de Barcelona contra la prohibición del gobierno de etiquetar los productos en catalán.
Después de un altercado en el mercado, en pleno centro de Las Ramblas, algunos agentes de policía solicitaron identificar a dos de sus compañeros, los golpearon violentamente y procedieron a detener a otros 43 manifestantes.
Una vez en Via Laietana, Llobet fue obligado a entrar en un pasillo donde vio a otros detenidos con las manos en alto y los pies abiertos, siendo forzado a adoptar la misma posición y recibir golpes.
Al registrar la mochila de Llobet, la policía encontró una agenda, un libro de música y una octavilla sobre la protesta en la que había participado, exigiéndole que la leyera en español y golpeándolo cuando se negó.
Llobet asegura que nunca supo el motivo de su detención ni sus derechos, y tras tres horas de tortura fue liberado sin explicación.
La campaña recibió el respaldo de la antigua Asociación Gremi de Reveraciones 1447 y su presidente, Francesc Sendil, quien afirmó que la sede en Via Laietana representa un símbolo de «colonialismo opresivo» y abogó por mantener viva la memoria de las víctimas.
El abogado y secretario de Dignita, Pilar Rebqueque, agradeció a Blanca Serra por presentar la denuncia en nombre de las víctimas de tortura y criticó la postura del sindicato SUP, que defendió la permanencia de la comisaría en Via Laietana.
Rebqueque afirmó que ignorar los crímenes cometidos en el edificio no contribuye a la defensa de los principios democráticos, y que la ley de memoria democrática exige reparación y recordar los espacios donde se cometieron abusos.
Finalmente, los participantes, incluyendo el coordinador y portavoz de Dignita, Josep Cruanyes, leyeron una lista de los nombres de los policías que presuntamente cometieron torturas en Via, gritando consignas y cantando el himno Els Segadors.