Qué mezclar para hacer detergente casero: vinagre, bicarbonato, limón o amoniaco
Hay muchas recetas en Internet para hacer detergentes caseros y evitar químicos industriales, estas son algunas de las más conocidas.
Cómo quitar una mancha de lejía de la ropa
Los limpiadores caseros se han puesto de moda en las redes sociales, no por su mayor eficacia, sino principalmente porque son más respetuosos con el medio ambiente y, en muchos casos, más baratos que los productos comerciales.
Ingredientes como el vinagre, el bicarbonato de sodio, el limón, la lejía y el amoniaco, presentes en la mayoría de los hogares, suelen ser los más utilizados. Cada uno tiene propiedades únicas que los hacen adecuados para diferentes tareas de limpieza del hogar. Sin embargo, el secreto está en mezclarlos con conocimiento de causa para ganar eficacia y evitar peligros, esas mezclas inadecuadas que pueden provocar accidentes.
Vinagre y bicarbonato de sodio.
Uno de los limpiadores domésticos más populares es el que combina vinagre blanco y bicarbonato de sodio. Esta mezcla es reconocida por su capacidad para quitar manchas, desatascar desagües y limpiar superficies difíciles como encimeras o el interior de electrodomésticos. El bicarbonato de sodio es ligeramente abrasivo, lo que permite la limpieza física, mientras que el vinagre, al ser ácido, actúa descomponiendo las partículas de suciedad. Cuando se mezcla, se produce una reacción efervescente que ayuda a aflojar la suciedad y desodorizar. Este limpiador es especialmente útil para eliminar residuos de fregaderos o como desengrasante en la cocina, aunque es importante destacar que la mezcla de vinagre y bicarbonato pierde parte de su eficacia una vez pasada la reacción inicial, ya que el bicarbonato neutraliza la acidez de vinagre, por lo que lo ideal es utilizar la mezcla rápidamente.
limón y vinagre
El limón contiene ácido cítrico, lo que lo convierte en un excelente desinfectante y blanqueador natural. Se utiliza para limpiar baños, cocinas y eliminar olores. Por ejemplo, frotar medio limón sobre una tabla de cortar ayuda a eliminar bacterias y olores desagradables. Combinado con vinagre, el limón aumenta sus efectos desinfectantes, creando una solución ideal para la limpieza de cristales y espejos. Esta mezcla deja las superficies brillantes y sin manchas gracias al poder desengrasante del vinagre y al frescor del limón. Además, esta fórmula es ideal para eliminar los depósitos minerales que se acumulan en grifos o duchas debido al agua dura.
Bicarbonato de sodio y peróxido de hidrógeno.
El bicarbonato de sodio es un ingrediente que se puede combinar con muchos otros elementos sin problemas. Por ejemplo, es común ver bicarbonato de sodio mezclado con agua oxigenada para limpiar superficies delicadas o quitar manchas de telas. Esta combinación tiene la ventaja de ser lo suficientemente suave como para no dañar las superficies, pero lo suficientemente fuerte como para desinfectar y eliminar las manchas difíciles. También se puede utilizar para limpiar joyas o blanquear ropa, siempre que se utilice con moderación.
Perborato y vinagre
El perborato de sodio es un agente blanqueador y desinfectante muy útil en productos de limpieza del hogar. Para la ropa, se pueden añadir una o dos cucharadas a la lavadora junto con el detergente, porque libera oxígeno y quita las manchas, especialmente en agua caliente. En superficies como azulejos o encimeras, una cucharada de perborato disuelta en un litro de agua caliente crea un limpiador eficaz y multiusos que desinfecta y blanquea. También se puede utilizar para quitar manchas de tapizados y alfombras, comprobando siempre primero su compatibilidad con el material. Si se mezcla con vinagre blanco, es aún más eficaz para limpiar bañeras, inodoros y lavabos. Aunque el vinagre es ácido y el perborato funciona mejor en ambientes alcalinos, esta combinación es útil porque el vinagre ayuda a eliminar la cal mientras que el perborato blanquea y desinfecta. La mezcla se debe aplicar y dejar actuar durante unos minutos antes de fregar y enjuagar.
Lejía, solo agua
La lejía pura es una solución de cloro y un desinfectante muy eficaz, especialmente en la limpieza de baños y en la eliminación de moho o hongos. Sin embargo, siempre se debe utilizar con cuidado. Aunque muchas personas optan por diluirlo en agua para limpiar superficies, es importante recordar que nunca se debe mezclar la lejía con ningún ácido, como vinagre o jugo de limón, ya que la reacción produce ácido hipocloroso y luego cloro gaseoso, muy corrosivo y tóxico si se inhala.
Amoníaco, sólo con agua o alcohol.
El amoniaco es un potente y eficaz agente limpiador, especialmente para eliminar grasas y suciedades adheridas a superficies como hornos o campanas extractoras. Su uso puro es suficiente para desengrasar y limpiar el cristal sin dejar rayas y se puede mezclar con alcohol limpiador a partes iguales para obtener mejores resultados. Sin embargo, mezclar amoníaco con lejía también produce la liberación de cloramina, una sustancia química tóxica por inhalación y altamente irritante para el sistema respiratorio.
Detergentes domésticos: reutilizar y ahorrar
Muchos de estos limpiadores caseros son tan eficaces o más que los comerciales y más respetuosos con el medio ambiente. En lugar de comprar productos de limpieza en el supermercado y aumentar el uso de envases de plástico y generar más residuos, podemos reciclar esas botellas de spray para rellenarlas con nuestros detergentes caseros y etiquetarlas con su uso: baño, cristal, cocina, suelos, etc. . Nuestros bolsillos y el medio ambiente nos lo agradecerán.