Los restos óseos hallados en un presunto crematorio clandestino en México son de origen animal.
María de Jesús Soria Aguayo y más de una docena de voluntarios caminaron con cuidado por los campos secos del sur de Ciudad de México, seguidos por perros de búsqueda y policías, con la vista fija en el suelo.
El grupo estaba en busca de restos humanos y otras pruebas después de que investigadores voluntarios dijeran que el sitio podría haber un crematorio clandestino.
La búsqueda se llevó a cabo luego de que Ceci Flores, líder de un grupo que busca cadáveres de personas desaparecidas en México, anunciara en redes sociales que habían encontrado huesos, fosas clandestinas y documentos de identidad alrededor de una tumba carbonizada en el lugar.
Por otro lado, Ulises Lara, fiscal general de la Ciudad de México, desestimó esas afirmaciones, asegurando que los 14 huesos encontrados eran de origen animal. «Podemos afirmar que no se trata de un crematorio ni de una fosa clandestina», declaró.
El anuncio de Flores llamó la atención, ya que sería la primera vez que alguien afirmaba haber encontrado un sitio utilizado para desechar cadáveres en la capital mexicana. Esto podría afectar al partido gobernante Morena en las próximas elecciones del 2 de junio.
La búsqueda resalta el arduo trabajo que enfrentan las familias mexicanas en busca de los restos de las 110.000 personas desaparecidas en el país debido a la violencia de los cárteles de la droga.
Las voluntarias, como Soria Aguayo, son en su mayoría madres de personas desaparecidas que formaron grupos independientes para buscar en regiones violentas de México.
Las «madres buscadoras» no buscan a los responsables de los secuestros, solo buscan encontrar los restos de sus seres queridos. Muchas familias prefieren saber la verdad sobre la desaparición de un familiar, aunque sea dolorosa.
El gobierno mexicano ha invertido poco en la búsqueda de desaparecidos, por lo que los voluntarios realizan sus propias investigaciones para encontrar fosas clandestinas donde los cárteles ocultan a sus víctimas.
Las búsquedas han cobrado vidas. Desde 2021, al menos siete activistas han sido asesinados mientras buscaban desaparecidos en México.
Grupos de voluntarios han sido perturbados por una campaña gubernamental que busca personas desaparecidas acudiendo a su última dirección conocida, intentando reducir el número de desaparecidos.
Después de horas de búsqueda en los campos del sur de la capital mexicana, los voluntarios no encontraron nada.