La policía libera la detención de estudiantes pro-Gaza en el decanato de filología de la Universidad de Sevilla.
La Policía Nacional finalmente evacuó en la madrugada de este martes la detención llevada a cabo en el Decanato de la Facultad de Filología por un grupo de estudiantes de la Universidad de Sevilla, vinculados al campamento instalado en el exterior del Rectorado de la institución, exigiendo el fin de la Ofensiva del ejército israelí en la Franja de Gaza, donde las tropas israelíes causaron miles y miles de muertos en respuesta al ataque inicial del grupo terrorista Hamás, con más de mil judíos asesinados en suelo israelí.
Según un portavoz del grupo de estudiantes, pasadas las 23.30 horas, agentes de la Policía Nacional entraron finalmente en las dependencias del Decanato de la Facultad de Filología, donde varias decenas de estudiantes habían emprendido un confinamiento para aumentar su «presión» al colectivo del rector de la Universidad, que considera «insuficientes» las medidas adoptadas por la institución académica en relación con las acciones militares de Israel en la Franja de Gaza contra el grupo terrorista Hamás, que causaron la muerte de miles y miles de civiles, más de 37.000 según los últimos cálculos de las autoridades locales.
Según este portavoz del grupo de estudiantes, los agentes lograron entrar en el decanato de la Facultad de Filología a pesar de la resistencia de los estudiantes encarcelados, afirmando que posteriormente, los agentes habrían «detenido» a los estudiantes que fueron los protagonistas de esta acción, identificándose además a muchos otros del campamento en los jardines exteriores del Rectorado, que según este activista está siendo desmantelado incluso por la Policía Nacional.
La actuación policial, así, habría supuesto la supresión de aquella detención en las oficinas del Decano de la Facultad de Filología, indicando el grupo de estudiantes que al menos uno de ellos habría resultado herido leve como consecuencia de la actuación policial.
En concreto, la facultad estadounidense, gracias a lo aprobado por la Conferencia de Rectores de España (CRUE), suspendió temporalmente las actividades del convenio de intercambio académico, científico y cultural con la Universidad Ben-Gurion del Negev, así como las actividades de movilidad con el Technion -Instituto Tecnológico de Israel y los correspondientes a los tres proyectos de investigación actuales de los programas europeos con universidades israelíes incluidos, hasta que demuestren «un firme compromiso con la paz y el respeto al derecho internacional humanitario».
Además, Estados Unidos anunció un plan de acción para proporcionar vivienda, alimentación y asistencia en seguros, entre otras cosas, a los miembros palestinos de la comunidad universitaria; así como subvenciones para universidades palestinas y un proyecto para mejorar las capacidades universitarias para la resolución efectiva de conflictos y la reconciliación mediante el desarrollo de programas educativos integrados e iniciativas de investigación que se alineen con los desafíos y necesidades únicos de estas regiones con la Universidad Árabe Americana y la Universidad de Hebrón.
En contra, el grupo de movilizados, que ya organizó una protesta el 27 de mayo con motivo de una reunión de la facultad estadounidense, acusando a la institución académica de incluso «patrocinar» los «asesinatos» de civiles por parte de las tropas de Israel; Afirma que la suspensión de relaciones aprobada por el órgano de gobierno hispalense «carece de criterios claros y no garantiza una ruptura duradera de los vínculos académicos» con Israel.
Además, el grupo asegura que los funcionarios de la institución no respondieron a «dos correos electrónicos» enviados por el grupo «solicitando una audiencia para remitir las solicitudes»; entre los que destaca el hecho de que el canciller, Miguel Ángel Castro, utiliza el término «genocidio» al referirse al asunto y actúa sobre «las relaciones con empresas y entidades financieras que patrocinan el genocidio, como el banco Santander», banco que cuenta entre sus participaciones financieras globales aportaron dinero a empresas de la industria militar que vendían productos de guerra a Israel y a muchos otros países como la propia España.
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