El Pleno de Sevilla rechaza la moción de censura de Sanz (PP) y comienza la ‘cuenta atrás’ para un nuevo presupuesto.
El alcalde critica a la oposición por formar una «pinza», mientras que el PSOE, Vox y Podemos-IU le reprochan que apruebe las cuentas «por la puerta de atrás»
El pleno del Ayuntamiento de Sevilla, liderado en minoría por el popular José Luis Sanz, rechazó el viernes con votos en contra de toda la oposición, compuesta por PSOE, Vox y la coalición Podemos-IU, la cuestión de confianza del alcalde relacionada con el nuevo proyecto presupuestario para 2024. Según el propio alcalde, ha comenzado la «cuenta atrás» para la aprobación de las nuevas cuentas.
Ahora se activará un plazo de un mes en el que los grupos de la oposición podrán presentar una moción de censura contra el alcalde, pero esta posibilidad es improbable ya que requeriría la unión de PSOE, Vox y Podemos-IU en torno a un alcalde alternativo.
Si la moción de censura no se aprueba, como es probable que suceda, los presupuestos locales del PP, que ascienden a 1.290 millones de euros entre ingresos y gastos, serán finalmente aprobados. Este pleno se desarrolló en un marco donde los populares gobiernan en minoría con 14 concejales de un total de 31 y sin haber conseguido apoyo de la oposición para aprobar sus propios proyectos de ley.
Tras meses en esta situación, el alcalde anunció su decisión de elevar al pleno su propuesta presupuestaria y recurrir al mecanismo de la cuestión de confianza si sus nuevas cuentas no prosperan. Sanz abrió esta sesión «histórica» y afirmó que todo se debe a la «situación anormal» que sufre el Ayuntamiento debido al «bloqueo» de la oposición en el gobierno local.
La oposición, por su parte, acusó al alcalde de orquestar una «tragicomedia» y aprobar los presupuestos «por la puerta de atrás» porque no sabe gobernar. También descartaron la posibilidad de una moción de censura. Vox reprochó al alcalde por recurrir a un voto de confianza «sin precedentes» en Sevilla para aprobar presupuestos socialistas.
En particular, Vox acusó al alcalde de ser un «alcalde títere» controlado por San Telmo y de intentar «perpetuar» al presidente del PP andaluz en el cargo. El PSOE lamentó que el gobierno local del PP no tenga capacidad de diálogo ni negociación, y acusó a Sanz de poner a la ciudad en una situación sin precedentes.
El Grupo Popular defendió el uso de la cuestión de confianza como un mecanismo legal para bloquear a la oposición. El alcalde cerró el debate advirtiendo a Vox que sus concejales no son imprescindibles para la administración de la ciudad y que la «pinza» se consolida con el voto en contra de la cuestión de confianza.
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