Dejar de fumar mejora la supervivencia tras un diagnóstico de cáncer.
Investigadores del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas han descubierto que los resultados de supervivencia mejoran cuando los pacientes dejan de fumar dentro de los seis meses posteriores al diagnóstico de cáncer.
Específicamente, los resultados del estudio, publicado en JAMA Oncology, encontraron una reducción del 22 al 26 por ciento en la mortalidad por cáncer entre aquellos que dejaron de fumar dentro de los tres meses posteriores al inicio del tratamiento contra el tabaco.
Los mejores resultados se observaron en pacientes que comenzaron el tratamiento contra el tabaco dentro de los seis meses posteriores al diagnóstico de cáncer y se abstuvieron de fumar tres meses después. La supervivencia de estos pacientes aumentó de 2,1 años para los fumadores a 3,9 años para los abstemios.
«Si bien los centros oncológicos promueven ampliamente el abandono del hábito de fumar para la prevención del cáncer, muchos oncólogos todavía no lo abordan en su atención de rutina. Nuestra investigación subraya el papel fundamental del abandono temprano del hábito de fumar como una intervención clínica clave para los pacientes que se encuentran en una cura para el cáncer», dijo el Dr. Paul Cinciripini, investigador principal, presidente de Ciencias del Comportamiento y director ejecutivo del Programa de Investigación y Tratamiento del Tabaco del MD Anderson.
En el estudio, los investigadores siguieron una cohorte de 4.526 fumadores actuales a quienes se les diagnosticó cáncer y recibieron tratamiento para dejar de fumar en el MD Anderson. Los pacientes incluyeron hombres y mujeres entre 47 y 62 años de edad. Más del 95% de las visitas del estudio se realizaron mediante telemedicina.
La abstinencia se definió como la declaración del paciente de no fumar en los siete días anteriores a cada evaluación en los períodos de seguimiento de tres, seis y nueve meses. El resultado primario fue la supervivencia según lo registrado por el Registro de Tumores del MD Anderson.
«Este es un llamado a la acción para que los expertos, reguladores e instituciones den prioridad al abandono del hábito de fumar como parte integral de la atención de primera línea contra el cáncer», advierte Cinciripini. Las limitaciones de este estudio incluyen la disponibilidad de condiciones de salud no cancerosas, según el registro de tumores, y el hecho de que los pacientes de este estudio participaban en un programa de tratamiento patrocinado institucionalmente.
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