Cómo saber cuándo es el momento de rendirse.
Lo usamos a diario, y varias veces, sobre todo para limpiar los restos de comida que quedan en la encimera y para quitar la grasa que se ha incrustado en la estufa y la campana. Es un objeto omnipresente en todas las cocinas pero al que no solemos prestar mucha atención. Y esto nos lleva muchas veces a una situación más común de lo que nos gustaría. ¿Quién no ha experimentado, al coger un paño, que lo siente resbaladizo y pegajoso, una sensación que no podemos eliminar fácilmente aunque lo limpiemos con agua y jabón?
Parece paradójico que algo que se utiliza para quitar la suciedad no esté limpio. Es más común de lo que podríamos pensar. Según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), nueve de cada diez paños analizados tienen mala higiene y sólo el 3% de los encuestados los lava a diario, frente al 33% que lo hace una vez cada dos semanas. Pese a todo, cuando lo limpiamos parece que tampoco lo hacemos bien.
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