Bellas Artes recibe el libro «Bomba Funeraria. Honores y funerales de la alta y católica dama Doña Isabel de Borbón».

Bellas Artes recibe el libro «Bomba Funeraria. Honores y funerales de la alta y católica dama Doña Isabel de Borbón».

La Biblioteca del Museo de Bellas Artes de Asturias recibió la donación del libro «Bomba Funeraria. Honores y entierro de la alta y católica dama doña Isabel de Borbón», fechado en 1645 y que se convierte en el ejemplar más antiguo de su colección.

La obra fue mandada publicar tras la muerte de la reina Isabel de Borbón por el Conde de Castrillo y fue impresa por Diego Díaz de la Carrera.

La donación, que fue aceptada el pasado 5 de junio en el Consejo de Gobierno, procede de la familia Cueto Serrano. La publicación también está vinculada a uno de los retratos más destacables de la colección: el que representa a Isabel de Borbón aún princesa, atribuido al pintor Bartolomé González, y procedente de la donación de Plácido Arango Arias al Museo de Bellas Artes de Asturias en 2017.

Según las dotaciones culturales, el libro será expuesto en las próximas semanas en la sala 1 del Palacio de Velarde, estableciendo un cuidadoso diálogo con la obra atribuida a Bartolomé González.

La Biblioteca del Museo de Bellas Artes de Asturias es un centro de estudio e investigación histórico-artístico que presta especial atención a la documentación de las colecciones del Museo. Inició su fundación en 1980 y actualmente atesora una de las colecciones de arte más importantes de Asturias, que incluye monografías, publicaciones periódicas, obras de referencia y catálogos de subastas.

Este tipo de publicaciones constituyen el grueso de una colección que supera los 30.000 volúmenes y contiene aproximadamente 500 títulos periódicos, además de otro tipo de material como folletos, catálogos de exposiciones, grabados, recortes de prensa y otras publicaciones menores.

Isabel de Borbón nació en Fontainebleau (Francia) el 22 de noviembre de 1603, hija de Enrique IV de Francia y María de Medici. En 1615 se casó con Felipe IV. Tuvo cinco hijas y un hijo, de los cuales sólo sobrevivió María Teresa, que se casó con Luis XIV de Francia. La reina enfermó de erisipela que invadió su cuerpo, falleciendo el 6 de octubre de 1644, mientras el rey Felipe IV se encontraba fuera de Madrid.

La preparación y traslado del cuerpo hasta El Escorial, donde fue enterrado, fue complejo. Como todo monarca fallecido, a la reina se le dedicaron una serie de túmulos en las distintas regiones del Imperio español, tanto en la Península Ibérica como en las colonias americanas, cuyo resultado fue un corpus literario impreso.

Aunque en muchos territorios se celebraban funerales reales, los más importantes tenían lugar en la iglesia de los Jerónimos de Madrid y solían publicarse, dando lugar al llamado «libro de los funerales».

Así, el libro que fue recientemente donado al museo asturiano presenta una crónica detallada de la organización de las honras fúnebres de la reina Isabel de Borbón.

Destaca por la gran cantidad de estampas (más que el libro funerario de Felipe III) y jeroglíficos que contiene, algo excepcional porque supuso un importante coste económico. Este volumen también fue costeado por el Conde de Castrillo, como comenté al principio, colaborador predilecto de la reina durante los últimos años de su vida y que, por orden de Felipe IV, se encargó de organizar todas las ceremonias posteriores a la muerte del consorte.

La publicación del libro funerario de Isabel de Borbón sirvió para exaltar la figura de la reina en un momento político delicado de la monarquía española, como era la década de 1640. Isabel se esforzó en los últimos años de su vida en beneficio de sus vasallos, hasta el punto de que el registro de entierro decía que el exceso de trabajo provocó su muerte. Pero no hay que olvidar que estos libros fueron encargados por la corona y por tanto tenían una clara intención propagandística.

Una vez finalizados los funerales, las reinas que habían sido madres de reyes fueron enterradas en el Real Monasterio de El Escorial. Allí reposan los restos de Isabel de Borbón, a pesar de que su primogénito, Baltasar Carlos, no llegó a ser rey, ya que murió apenas dos años después que su madre.

El ejemplar que la Familia Cueto Serrano donó al Museo de Bellas Artes de Asturias tiene además la singularidad de que las estampas están iluminadas: un total de doce estampas, a las que se suma una portada arquitectónica. Entre ellos hay seis más grandes que están plegados. También destacan los grabados del túmulo y del suelo de la iglesia indicando dónde se colocaban los asistentes, realizados por Juan de Noort. Las otras seis placas muestran veinticuatro emblemas dedicados a la Reina que presentan la imagen de la muerte interactuando con esta figura real de gran riqueza simbólica que tiene la particularidad de hacer referencia a momentos concretos de la vida de la Reina.

FUENTE

nuevaprensa.info

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