El premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa tomó una fotografía frente a un bar abandonado en la capital de Perú que inspiró su tercera novela, Conversación en la Catedral, publicada en 1969, que narra la vida de un periodista local que charla con la amante de su padre durante una dictadura. gobernando el Perú.
Álvaro Vargas Llosa, hijo del novelista, compartió en su cuenta X, la ex de Twitter, dos fotografías de su padre. En uno de ellos, anciana vestida de blanco y negro, donde se ve al escritor en su juventud, sosteniendo un cigarrillo en su mano derecha, de pie frente a la entrada del «Bar La Catedral». El otro, en color, muestra al novelista actual, canoso y jorobado, apoyado en un bastón, frente al mismo establecimiento que ahora luce un cartel de «se vende».
Debajo de las fotos, el hijo del novelista escribió: «55 (años) después, vuelvo al (ex) bar «La Catedral», en busca de los fantasmas de Zavalita y el zambú Ambrosio».
En la ficción, el periodista se llama Santiago Zavala, y Ambrosio es un hombre de negro que es el amante del padre del reportero.
El bar funcionó hasta los años 1970, luego cerró y ahora el establecimiento está casi demolido, en una zona carenciada de Lima, junto a un enorme cartel con la frase «se vende» y un teléfono de contacto.
En la tercera novela de Vargas Llosa hay una frase que se repite desde 1969 en varias columnas de opinión durante las crisis políticas peruanas. «¿En qué momento se jodió al Perú?» Es una pregunta que se hace el personaje del periodista al inicio de la obra, cuando observa el paisaje gris de Lima.
Hace poco más de una semana, el hijo del novelista difundió otra imagen, en la que se ve a Vargas Llosa apoyado en un bastón, frente a la escuela militar Leoncio Prado, ubicada en el barrio capitalino de La Perla, donde estudió parte del gimnasio. educación. La escuela le sirvió de inspiración para escribir su primera novela, publicada en 1963, titulada «La ciudad y los perros».
El escritor más famoso del Perú tiene 88 años y la última vez que hizo una aparición pública fue en octubre, cuando acudió a un pequeño teatro de Lima para ver una adaptación de otra de sus novelas llamada “¿Quién mató a Palomino Molero?”