Según los científicos, el cambio climático duplica la probabilidad de inundaciones devastadoras en Brasil.
El cambio climático ha provocado que las recientes inundaciones que golpearon el sur de Brasil sean dos veces más probables, según un equipo de científicos internacionales. También señalaron que las fuertes lluvias se han intensificado debido al fenómeno natural de El Niño.
Más de 170 personas fallecieron y cerca de 580,000 fueron desplazadas como consecuencia de las tormentas e inundaciones que devastaron el mes pasado el estado más meridional de Brasil, Rio Grande do Sul, en lo que las autoridades locales han descrito como la mayor catástrofe en la historia de la región.
Incluso en el clima actual, los expertos del Grupo de Atribución del Tiempo Meteorológico Mundial consideran que las fuertes lluvias que sumergieron ciudades enteras y destruyeron infraestructura crítica fueron extremadamente raras, con una frecuencia de una vez cada 100 a 250 años. Sin embargo, habrían sido aún más inusuales sin los efectos de la quema de combustibles fósiles, según el grupo.
Al combinar observaciones meteorológicas con resultados de modelos climáticos, los científicos calcularon que el cambio climático ha hecho que el fenómeno en el sur de Brasil sea dos veces más probable y entre un 6% y un 9% más intenso.
«El clima de Brasil ya ha cambiado», afirmó Lincoln Alves, investigador del INPE. «Este estudio de atribución confirma que las actividades humanas han contribuido a eventos extremos más intensos y frecuentes, resaltando la vulnerabilidad del país al cambio climático».
El fenómeno de El Niño, que aumenta las temperaturas en muchas partes del mundo y las precipitaciones y el riesgo de inundaciones en algunas zonas de América, también influyó en el reciente desastre, según los científicos.
El estudio estimó que El Niño incrementó la probabilidad del evento de 2 a 5 veces, al mismo tiempo que intensificó las precipitaciones entre un 3 y un 10 por ciento.
El colapso de infraestructuras críticas, la deforestación y la rápida urbanización de ciudades como Porto Alegre, la capital de Rio Grande do Sul, que alberga a 1.3 millones de personas, contribuyeron a amplificar los efectos del desastre, agregaron los científicos.
Regina Rodrigues, investigadora de la Universidad Federal de Santa Catarina, destacó la necesidad de contar con infraestructuras de protección contra inundaciones en buen estado y una planificación urbana adecuada para minimizar el impacto de tantos eventos extremos.
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