¿Se debe ocultar la muerte a alguien que está muriendo?

¿Se debe ocultar la muerte a alguien que está muriendo?

La muerte es algo muy difícil para nosotros porque no nos atrevemos a vivir plenamente. Y no somos conscientes de que el miedo a la muerte que tenemos en realidad es miedo a la vida. Creemos que la muerte es el fin de todo y es ahí donde nos asustamos. Todos vamos a morir, nos guste o no. Pero es algo que muchas veces nos supera totalmente.

En una entrevista con Infosalus, Enric Benito, un oncólogo clínico con 20 años de experiencia, explica que tras una crisis existencial se dio cuenta de que quería ayudar a las personas a vivir el proceso final de sus vidas y se capacitó en cuidados paliativos. Fue coordinador de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Virgen de la Salud y del Hospital Joan March de Mallorca entre 1999 y 2009, así como coordinador del Grupo de Espiritualidad y miembro de honor de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) entre 2006 y 2015.

Escribió «El niño que se enojó con la muerte» (HarperCollins), un libro en el que, basándose en experiencias de la vida real y conocimientos clínicos, aporta su sabiduría para experimentar plenamente este proceso, o poder acompañar de forma más consciente durante el mismo.

«El nacimiento y la muerte son dos procesos bellamente organizados. Alguien nace y sale, y cuando llega el momento de estar allí, esa persona muere y se hunde. En realidad, «Nada muere, sino que el hombre se desintegra y abandona ese cuerpo», dice este experto que afirma no ser religioso, sino hablar desde su experiencia clínica y empírica.

Recuerda que todas las tradiciones y filosofías de sabiduría hablan del significado de la vida y nuestro trabajo en este mundo es ser felices. «Si tienes miedo a la muerte es porque aún no has encontrado la respuesta a quién eres y qué haces aquí, y ese es el caso del 95% de los ciudadanos», señala.

Escribí este libro, como él confiesa, Desmantelar este miedo a la muerte con historias reales de pacientes, donde se muestra ese inicial «no quiero morir», «por qué yo», «qué injusto» o «no me gusta», a esa aceptación y trascendencia, «una última parte que a la gente no le gusta». Ya sabes, y cuando has acompañado a cientos de personas en este viaje, sabes que así es. «Todo el mundo lucha contra la muerte. Y nuestra sociedad trata la muerte como una enfermedad, lo cual es una estupidez típica de una civilización superficial e inmadura», observa.

Lamenta aquí que el conocimiento académico del proceso del final de la vida y la forma de acompañarla resulta insuficiente hoy en la Facultad de Medicina. “Mentalmente puedes saber las dosis de morfina que debes darle a tu paciente, pero esto no se puede curar con medicamentos. Lo más difícil es hacer un viaje de la cabeza al corazón para comprender que sólo tú estás ecuánime, sereno y bien. -La presencia fundada sirve para acompañar. Acompañar es persona a persona, no tus conocimientos académicos sino tu madurez espiritual, que es la que te permite acompañar a esas personas sin miedo, con ternura», subraya.

Así, afirma que cuando sales, si tienes a alguien que te acompañe, es de gran ayuda; pues continúa y enfatiza que es más fácil si hay ayuda, por lo que tener un familiar con él en este proceso es fundamental y ofrece los siguientes consejos:

Primero tienen que aceptar la realidad que no les gusta., esto es lo más difícil, no podemos cambiarlo y sucederá. Hay situaciones extremas, en las que te das cuenta que la realidad prevalece. Cuanto antes aceptes, antes estarás disponible. No puedes detener un tsunami con tus manos.

Entonces acompaña, acércate dale tu presencia, tu amor, tu cariño.

Cierra los asuntos pendientes, dile “te amo”, “gracias”, “perdonemos”, es muy importante salir en paz.

Estar presente, estar conectado. Lo más difícil es morir solo, pero si alguien te ama y te acompaña y te dice que estará bien sin ti, el que se va percibe que los que quedan no están listos para que él se vaya, “te amamos”. gracias te puedes ir’, es lo que debe hacer un familiar, aunque es muy difícil, es lo difícil pero lo más sabio porque si te resistes te quedarás mal y acompañarás mal a la otra persona. «Cuando aceptas la realidad y les facilitas la salida, te entristece no tenerlo, pero te alivias de estar haciendo lo que se supone que debes hacer», añade.

Al mismo tiempo, afirma que “nadie muere sin saber que se está muriendo”, así como es imposible que una mujer embarazada no sepa que está a punto de dar a luz. Y cree que es fruto del «desconocimiento» que haya familias que decidan ocultar al paciente moribundo. «Es absurdo evitarlo» Como insiste Enric Benito, pero puedes morir muy solo si los que te quieren te engañan con ella, porque no saben qué hacer con ella, afirma Enric Benito. “Al ocultar la muerte de un familiar, no se le engaña. Él sabe que se está muriendo. Te estás engañando a ti mismo y alejándote de la persona con la que se supone que debes estar. Lo mejor es hablar de ello. Si no sé cómo hacerlo, pido ayuda», añade.

En cualquier caso, este experto en paliativos señala que las personas se despiden de la forma en que vivían y si tenían una relación de confianza, normalmente ponen palabras a la intuición que todos tenemos. “Si el enfermo te dice: ‘Creo que me estoy muriendo’, no digas ‘no digas estas cosas’, sino ‘qué necesitas'»; No le tapes la boca porque lo único que haces con ella es demostrar tu incapacidad para estar con alguien que pide ayuda y que está sufriendo», advierte.

Por ello, ofrece las siguientes lecciones sobre la muerte desde su experiencia laboral, enfatizando que la muerte es normal y segura; al tiempo que sostiene que la muerte no duele y el dolor físico se controla fácilmente con medicamentos; Luego señala que la muerte nos abre a la verdad, ahí termina el disparate; al mismo tiempo, resalta el hecho de que podemos morir sanos, sintiéndonos en paz con nuestra historia; y finalmente, sostiene que el compañerismo es una experiencia inefable, con la que dejamos un legado que nos quita el miedo a la muerte.

FUENTE

nuevaprensa.info

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