Ruido, atascos y suciedad tras la estela de Taylor Swift

Ruido, atascos y suciedad tras la estela de Taylor Swift

Las asociaciones de vecinos, coordinadas por la Federación Regional de Vecinos de Madrid (FRAVM), trazaron en un mapa los puntos negros de la «eventificación», un fenómeno que engloban en la tríada contra la vida en los barrios, compuesta por gentrificación y turistificación. Sólo en restaurantes y hoteles, los dos conciertos de Taylor Swift en el Bernabéu recaudaron 20 millones de euros, «cifras sorprendentes», según cálculos de la Asociación de Hostelería de Madrid. Pero también dejaron «ruido excesivo, suciedad, ocupación constante del espacio público, programas de conciertos de más de siete horas seguidas, colapso medioambiental, falta de movilidad, problemas de aparcamiento para los vecinos, uso de remolques y camiones en zonas públicas, atascos, la imposibilidad de salir de algunos portales, la acampada irregular por más de 48 horas, el cierre de comercios locales, el fin de la diversidad barrial, la falta de descanso diario y la constante comercialización del espacio.

FRAVM armó la «cara B» de la artista y su ejército de «swifties» de paso por Madrid, efectos equiparables a los de otros grandes eventos, como el del rapero argentino Duki este fin de semana, también en el Bernabéu. Protestas vecinales contra el «crecimiento descontrolado» de macroeventos en «eventódromos» como el Estadio del Real Madrid, Civitas Metropolitano, de Mad Cool, festivales de Ifema, eventos de Caja Mágica, Wizink Center, Vistalegre, Las Ventas, Plaza España, Parque Tierno Galván y Espacio Delicias se sumó a una denuncia ciudadana sobre «administraciones demasiado tibias para hacer cumplir la ley y preservar el descanso y el derecho a la ciudad», en palabras de FRAVM.

Hace unos meses, la Federación puso en marcha un grupo de trabajo con grupos vecinales, del que resultó este mapa de la mancha negra de la cita madrileña. También en un decálogo de medidas que exigen las administraciones, como un plan de uso de la ciudad de Madrid para la gestión y planificación de eventos multitudinarios, además de una regulación específica que tenga en cuenta la sostenibilidad del medio ambiente, el resto de medidas vecinos y vecinas y el ejercicio de sus derechos.

La tercera medida se centra en los informes previos de impacto ambiental, la sostenibilidad ambiental y un análisis compartido con el barrio y sus representantes. El cuarto se centra en cumplir los horarios de eventos, hasta la medianoche, y con el compromiso de que nunca se superen los horarios establecidos. Los grupos vecinales reclaman mediciones constantes del nivel de ruido a través de un nuevo sistema «transparente, móvil y fiable», además de una «programación correcta y reduccionista para el equilibrio con el resto del barrio» y «el respeto a la movilidad, la seguridad, el descanso y los accesos del barrio circundante en eventos multitudinarios».

El adhesivo continúa con «una coordinación de los recursos de seguridad tanto para los asistentes al evento como para los vecinos» e incluye «la reducción del impacto de los patios, el ruido, la movilidad, la suciedad y el aparcamiento en los entornos de estas programación» y una moratoria en materia de permisos para eventos masivos. FRAVM destacó los fenómenos que contribuyen a la expulsión del barrio residente: la gentrificación (la expulsión de residentes habituales por otros con mayor poder adquisitivo) y el turismo (la expulsión de residentes por el uso de la vivienda para el turismo), a los que «por un década hay que sumar el acontecimiento, que lleva a la capital a una situación extrema de saturación, insostenibilidad y baja calidad de vida».

«La eventificación, la gentrificación y el turismo están provocando el fin de nuestras ciudades, de nuestros barrios, haciendo insostenible el desarrollo equilibrado de una capital como Madrid», analizó FRAVM. Detrás de estos fenómenos «está la búsqueda, exclusivamente, de la rentabilidad comercial, sin tener en cuenta la rentabilidad social y medioambiental, lo que provoca graves problemas de descanso, salud y convivencia vecinal, que la UE reivindica como derechos innegociables de los ciudadanos y que las administraciones están obligados a defender. Los grupos vecinales exigen una «regulación que no pueda retrasarse más».

La teniente de alcalde de Madrid y portavoz del Gobierno municipal, Inma Sanz, criticó esta semana que la Federación Regional de Vecinos «nunca cree que nada» sea bueno, aunque los acontecimientos sean positivos para la ciudad. En cualquier caso, el Ejecutivo municipal está «sin duda abierto» a dialogar con la Federación. Sobre la propuesta de decálogo, Sanz aseguró que la mayor parte «ya está hecha por el Ayuntamiento de Madrid». El teniente de alcalde señaló que «no hay duda» de que Madrid está «de moda en el mundo» y por eso se celebran todos los grandes eventos internacionales.

FUENTE

nuevaprensa.info

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