«Quejas ciudadanas por inercia en nombramientos previos» denunciadas por Ararteko
Ararteko, Manuel Lezertua, ha denunciado el «continuo descenso de las quejas ciudadanas» ante los problemas derivados de «la inercia de las administraciones vascas hacia el nombramiento previo, prevaleciendo la conveniencia administrativa sobre el derecho a la atención de los ciudadanos».
Lezertua compareció ante las Asambleas Generales de Álava, a petición de EH Bildu y Elkarrekin, para explicar el buen funcionamiento del nombramiento previo en los procedimientos administrativos y «los problemas que se derivan de su carácter vinculante».
Ararteko ha informado de que ha recibido un total de 25 quejas sobre nombramientos obligatorios en todo el País Vasco y que, de momento, «todas las administraciones implicadas han aceptado sus recomendaciones para que los nombramientos sean voluntarios».
En este sentido, enumeró al Ayuntamiento de Getxo, Kontsumobide, el Departamento de Justicia del Gobierno Vasco, el Ayuntamiento de San Sebastián y el Departamento de Hacienda de la Diputación Foral de Álava.
Aun así, ha afirmado que es «una cuestión que sigue planteándose» por parte de la ciudadanía, respecto de la Administración General de la Comunidad Autónoma Vasca y de los ayuntamientos vascos. En este sentido, ha comunicado que las «reclamaciones sobre la cita previa obligatoria» respecto a Lanbide «están en fase de tramitación» y que emitirá «una futura recomendación» a la Hacienda Foral de Bizkaia, para evitar la obligación previa.
También resaltó cuestiones planteadas por la ciudadanía sobre el personal de seguridad que custodia las oficinas públicas y «que niegan el acceso al edificio cuando la persona no tiene comprobante de cita».
«Estamos bastante indignados por esta situación y lo hemos hecho saber. El personal de seguridad no oficial no tiene mandato público ni la formación necesaria, por lo que es ilegal asignarles esa responsabilidad», concluyó.
«Los ciudadanos no tienen el deber de justificar la urgencia de realizar un trámite personal, que además, en este caso, quedaría en manos de la decisión subjetiva del personal presupuestario o, en el peor de los casos en que lo vemos, , del personal supervisor de la seguridad privada, quien decide cuál debe ser la tramitación de un expediente, de una presentación de documentos, cuando no tiene asignada ninguna función de asesorar a los ciudadanos sobre derechos y obligaciones a ellos. «, denunció.
Manuel Lezertua ha explicado que los sistemas de cita previa pueden suponer un sistema adecuado de atención a los ciudadanos «si se dejan a la voluntad de los ciudadanos y se permite a las personas conciliar su vida personal y familiar y pueden elegir el día y la hora en la que acuden personalmente». a la Administración».
Sin embargo, ha sostenido que «no se puede imponer obligatoriamente a los ciudadanos para cualquier acción o procedimiento al no existir ninguna disposición legal que la Administración lo permita». «Los modelos administrativos deben construirse en función de las necesidades de los ciudadanos y no al revés, es decir, no en beneficio de la Administración que gestiona ese servicio público», ha añadido.
Lezertua enumeró los derechos que pueden ser vulnerados por la programación previa obligatoria, como «el derecho a elegir el canal electrónico o personal a través del cual interactuar con la Administración», así como «viola el principio de proximidad y servicio efectivo que la Administración hay que respetar.»
«La falta de atención presencial por falta de cita previa o por impedir la solicitud de reunión presencial cuando sólo es posible obtenerla por vía telefónica o electrónica, vulnera el derecho a elegir el medio o canal para realizar la inspección. – nombrar a la persona», argumentó.
Además, en opinión del defensor del Pueblo vasco, «viola el principio de legitimidad democrática», ya que «la administración tiene como razón de ser a los ciudadanos y por tanto orienta su acción pública hacia la atención y satisfacción de las necesidades de los ciudadanos». , deberá buscar siempre el interés general y se caracterizará por su voluntad de servir a la sociedad».
“La exigencia de cita obligatoria en todos los casos vulnera el derecho a elegir el canal electrónico o personal a través del cual interactuar con la Administración; viola el derecho a la razón de las decisiones públicas y, en particular, de aquellas que afecten a sus intereses. «, previsto en las leyes procesales, viola el principio de proximidad que debe respetar la Administración y el principio de legitimidad democrática, que los ciudadanos deben tener como razón de ser», resumió.
Ararteko ahondó en la denuncia concreta sobre la cita obligatoria en la Hacienda Municipal de Llodio, donde no se atendió a un ciudadano que contaba con toda la documentación necesaria por no tener cita previa.
Ha afirmado que la Diputación Foral «no proporcionó criterios técnicos ni organizativos objetivos que justifiquen la imposición del nombramiento previo, ni una motivación jurídica clara de su obligación». También ha afirmado que la imposición del nombramiento previo «es probable que dificulte la relación entre los ciudadanos y la Administración y genere una percepción de barreras innecesarias».
Manuel Lezertua expresó su «satisfacción» por la decisión del Departamento de Hacienda de «facilitar la atención personalizada de los ciudadanos y ajustar su actuación a criterios objetivos, de modo que la contribución del sistema de nombramiento sea al interés general de la realización de los trámites administrativos «, decisión que la Diputación adoptó «a menos de un mes» de su recomendación.
Consultado por la oposición, evitó discutir las declaraciones del diputado general de Araba, Ramiro González, cuestionando la «incoherencia del ararteko», diciendo que el ararteko «exigió la eliminación del nombramiento previo obligatorio cuando mantenía-a. «
Lezertua aseguró que «el nombramiento previo del ararteko no es en ningún caso obligatorio» y desveló que González se le acercó en un acto público para indicarle que «no se entendió muy bien lo que quería decir». «En cualquier caso, saqué todo del asunto y le dije que lo que me importa es la respuesta oficial de que se cambiará una situación que consideramos injusta», concluyó.
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