El PP calificó de «inmoral» el uso de recursos públicos por parte de la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, en negocios privados con un concejal de Moncloa, a lo que el PSOE y Sumar respondieron recordando que el expresidente Mariano Rajoy también tenía asistentes personales en Moncloa para su mujer y para «cuidar» a su padre.
Esto ocurrió durante el debate de la moción después del interrogatorio urgente que el partido «popular» dirigió al ministro de la Función Pública, Óscar López, en el último pleno del Congreso.
El diputado Agustín Conde defendió la iniciativa y posicionó al PSOE como un partido con una «corrupción enciclopédica e insondable». Según él, está claro que Begoña Gómez utilizó recursos públicos para negocios privados y participó en la adjudicación de contratos de Red.es, algo que considera «inmoral e impropio de una democracia avanzada».
Conde no solo se refirió a la investigación judicial sobre Gómez, sino también a la que involucra al fiscal general, Álvaro García Ortiz, asegurando que Ortiz acabará condenado junto a Pilar Sánchez Acera y al ministro Óscar López. También mencionó la posibilidad de que los expedientes del Ministerio Público hayan pasado por manos importantes antes de llegar a Pilar Sánchez Acera.
El diputado de Vox, Jorge Campos, lamentó la falta de credibilidad de la iniciativa del PP debido a los pactos con los socialistas baleares, aunque compartió las críticas al Gobierno por la corrupción. En nombre del PSOE, Javier Rodríguez consideró hipócrita hablar de asistentes personales en la Moncloa cuando durante la legislatura de Rajoy eran «cuatro personas» para su mujer y su padre.
La diputada de Sumar, Engracia García, criticó la estrategia del PP para desgastar al Gobierno y basar su relato en conjeturas y recortes de prensa. También mencionó el «doble rasero» con la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, comparándola con la esposa de Sánchez. El diputado Mikel Legarda, en representación del PNV, rechazó la iniciativa por presuponer la existencia de corrupción y la calificó de «despropósito».