Organizaciones piden protección del lobo en Galicia y solicitan ayuda

Organizaciones piden protección del lobo en Galicia y solicitan ayuda

El anuncio de la Unión Europea de abordar una reducción del estatus del lobo de «estrictamente protegido» a «protegido» genera discrepancias entre los sectores en Galicia, según se trate de entidades agrarias o medioambientales, pese a que coinciden en la necesidad de una «gestión» y programas para una «convivencia» de esta especie con otros animales, como es el caso del ganado vacuno afectado por sus ataques, más recientemente en la zona de A Mariña de Lugo.

«La euforia de algunos sectores debería reducirse porque todavía es una propuesta de la Comisión que debe seguir un camino complejo», dijo a Europa Press Martiño Nercellas, biólogo y miembro de Adega. Esto sucedería, entre otras cuestiones, «porque hay respaldo científico».

«Hace 20 años que es así», señala, recordando que la primera vez fue «en 2004», cuando la UE propuso por primera vez reducir el estatus de protección de los lobos, con otra más tarde en 2019, pero que no fue así. «implementado».

Por ello, aboga por avanzar en aportar «soluciones reales para el lobo en su conservación y en su relación con la ganadería» y por el reparto de posturas «para buscar entre todos los agentes implicados una solución en la conservación de la especie y en su convivencia con el ganado».

«Asumimos que el lobo debe estar ahí, el reto es que esté ahí, pero que conviva y para eso necesitamos gestión», afirma Jacobo Feijóo, presidente de la Asociación del Sector Forestal de Galicia, que aglutina a los propietarios y las comunidades montañosas vecinas.

«Nadie quiere cazar al lobo», afirma Feijóo, para quien no sería viable «proponer un sistema homogéneo de protección cuando hay diferencias tan grandes entre los Estados miembros». «Galicia tiene el doble de lobos que Francia o toda Escandinavia», cita para subrayar que la propuesta de una protección máxima uniforme para toda la UE «fue un error».

«Nos parece mucho más adecuado que se reduzca ese mínimo común y luego cada Estado miembro, sin bajar esa línea de protección, adapte su legislación a la situación en la que se encuentra», explica para subrayar que «debe haber una gestión adaptada a la realidad de cada territorio».

Al mismo tiempo, propone «prevención» y un «sistema de compensación que funcione». Mientras tanto, defiende las «intervenciones de caza puntual» tras un «dictamen técnico» cuando es necesario controlar ejemplares por «comportamientos muy agresivos» hacia animales o personas. «Sigue siendo una herramienta de gestión a la que no debemos renunciar», afirma.

En cuanto a los daños, afirma que las cifras oficiales son «unas 2.500 cabezas de ganado declaradas al año». «La realidad es mucho mayor porque hay ganado que mata el lobo pero no se declara y no se pide ayuda, sobre todo en la cría de caballos, en el caballo salvaje», añade.

«Las denuncias de agresiones al año -en Galicia- han superado el millar, y las cifras barajadas superan las 90», afirma Brais Álvarez, miembro del Sindicato Obrero Gallego (SLG), quien coincide en que «no en todos los territorios» Soy igual.» «El lobo debe tener la mayor protección, pero debe ser coherente con la realidad de cada territorio», argumenta.

Respecto a las discrepancias entre la Xunta y el Gobierno central, afirma que este tema «no es un balón que se pueda pasar de Santiago a Madrid como pretende el Ministerio». «El cambio de estatuto propuesto por el Ministerio para aumentar la protección del lobo en el Estado español fue una excusa perfecta», afirma, reprochando a la consejería regional «falta de gestión».

«Desde 2013 la caza del lobo no está autorizada en Galicia, por lo que el Ministerio lucha por una prohibición que llevaba casi una década implementando voluntariamente, mientras hace oídos sordos a otras medidas del nuevo plan de gestión del lobo como » pérdida de beneficios, muy positivo para las granjas animales.»

En cuanto a las redadas, afirma que deberían ser «el último recurso ante el problema que causan a los animales». «Es necesario aumentar la cantidad de fondos dedicados a la implementación de medidas de protección animal, para realizar estudios que nos permitan comprender mejor cómo protegernos de los lobos y qué manadas están causando daños».

“Y, por supuesto, las explotaciones ganaderas no pueden soportar las pérdidas y es necesario que la Xunta empiece ya a cumplir con el plan estatal donde, entre otras cosas, se habla de compensar el lucro cesante”.

Adega aboga, por su parte, por centrarse en «minimizar o paliar las circunstancias que llevan a las opiniones científicas a determinar, aquí y en Europa, que su estado de conservación no es favorable».

«Lo que implicaría poner energía en desarrollar programas de actuación: investigación científica, gestión y ayudas preventivas, buenas coberturas compensatorias de daños, lucha contra la caza furtiva de recursos o educación ambiental», explica Martiño Nercelas.

Esto, afirma, «con voluntad política» ante el «enfrentamiento» entre el Gobierno central y el regional. «El dinero adeudado cubre todas las necesidades para desarrollar un programa de conservación y convivencia y poner fin a un debate crónico». “Desde que entró en Lespre -la lista de especies silvestres bajo protección especial- Galicia no ha sido trasladada a lo que corresponde a tres años, una cifra que ronda los doce millones”, afirma.

FUENTE

nuevaprensa.info

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