Estados Unidos aplicó nuevas sanciones a ocho funcionarios venezolanos el viernes y aumentó la recompensa por el arresto del presidente Nicolás Maduro en su día de investidura para el tercer mandato.
Las sanciones del viernes representan una nueva serie de medidas punitivas tomadas por el gobierno actual del presidente Joe Biden contra el gobierno de Maduro después de las elecciones de julio, que tanto su partido como la oposición afirman haber ganado.
Mientras Washington implementaba las nuevas sanciones, el secretario de Estado Antony Blinken calificó la toma de posesión del viernes como «ilegítima» y declaró en un comunicado que Estados Unidos «no reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela».
Entre los funcionarios sancionados se encuentran el recientemente nombrado director de la petrolera PDVSA, Héctor Obregón, y el ministro de Transporte, Ramón Velásquez.
Maduro, presidente desde 2013, fue declarado ganador tanto por la autoridad electoral de Venezuela como por el tribunal más alto, aunque no se han publicado recuentos detallados que confirmen su victoria.
La oposición afirma tener los registros de votación que muestran la victoria de su candidato Edmundo González. Los observadores electorales internacionales señalaron que la votación no fue transparente.
La acción estadounidense fue coordinada con anuncios de Gran Bretaña y la Unión Europea contra 15 funcionarios venezolanos, incluidos miembros del Consejo Nacional Electoral y fuerzas de seguridad. Canadá también impuso nuevas sanciones a Venezuela.
En una declaración del gobierno canadiense se menciona que las sanciones impuestas «demuestran un mensaje de solidaridad con el pueblo venezolano» y contribuyen a los esfuerzos internacionales para defender los derechos humanos en Venezuela y mantener la presión sobre el régimen de Maduro.
Por otro lado, Bradley Smith, subsecretario interino del Tesoro de Estados Unidos, expresó en un comunicado que «Estados Unidos, junto con nuestros socios de ideas afines, respalda el voto del pueblo venezolano por un nuevo liderazgo y rechaza la afirmación fraudulenta de victoria de Maduro».
Maduro y los funcionarios de su gobierno siempre han rechazado las sanciones de Estados Unidos y otros países, argumentando que son medidas ilegítimas que equivalen a una «guerra económica» destinada a paralizar a Venezuela.
A pesar de las dificultades económicas y la escasez, han elogiado la resistencia del país frente a las medidas, aunque históricamente han culpado a las sanciones de algunas dificultades económicas y escasez.
«El gobierno saliente de Estados Unidos no sabe cómo vengarse de nosotros», declaró Maduro en su discurso ante la Asamblea Nacional, aparentemente refiriéndose a las sanciones pero sin abordar el tema específicamente.