No guardes huevos de gallina vencidos.
Durante milenios, la gente ha consumido huevos de gallina. El origen de esta práctica se remonta a 7.500 años en el sudeste asiático, donde tuvo lugar la primera domesticación de pollos. Hoy en día, el huevo sigue siendo un alimento universal y esencial. Pero sabes cuánto tiempo puedes mantenerlos?
Criar gallinas en casa es una práctica cada vez más extendida. Muchas personas optan por cultivarlas en su jardín. Esto le permite tener huevos frescos y reducir el desperdicio de alimentos dándoles gallináceas. Según cifras recientes, aproximadamente el 10% de los hogares franceses tienen gallinas. Esta tendencia continúa creciendo, especialmente en entornos rurales y periurbanos. A menudo forma parte de un enfoque ecológico.
Además, de media, un francés consume aproximadamente 230 huevos por año. Este consumo incluye los consumidos como huevos enteros, así como los utilizados en productos procesados. Por tanto, la cría de pollos domésticos permite satisfacer parte de esta demanda. Sin embargo, en Francia hay nada menos que 10.000 casos de intoxicación alimentaria por año relacionados con la fecha de vencimiento. Así que comprueba que tus huevos todavía estén en buen estado antes de comerlos.
De hecho, nunca mantengas los huevos de gallina más de tres semanas o un mes después de la fecha de puesta, como se indica en El Fígaro. Se deterioran con el tiempo y después de cuatro semanas se vuelven peligrosos para el consumo. El revestimiento, aunque protector, acaba dejando pasar las bacterias.
Así que siempre registra la fecha de recolección de los huevos a lápiz. Puede que aún se vean bien visualmente, pero contienen gérmenes. Por lo tanto, consúmelos dentro de las tres semanas posteriores a la siembra. Para saber si todavía están frescos, puedes sumergirlos en agua. Un huevo fresco se hunde, mientras que uno viejo permanece en la superficie.
Si comes un huevo caducado, corres el riesgo de tener problemas graves. Pueden contener bacterias como salmonela, lo que provoca síntomas como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Estos signos aparecen unas horas después de la ingestión. Si tienes dudas sobre un huevo, no lo comas. Comprueba siempre su frescura y fecha de recolección, si es posible. Si has ingerido algún producto dudoso y presentas síntomas, consulta a un médico rápidamente. No tomes riesgos innecesarios con tu salud.
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