Menos carga fiscal y burocrática para mejorar el uso de los fondos públicos.

Su regreso Donald Trump en la Casa Blanca, residencia que ya ocupó entre 2017 y 2021, pilló a la Unión Europea con el pie izquierdo y con un importante debate que afrontar: la necesidad de autonomía estratégica Lo que permite el vigésimo séptimo no depende de los vaivenes de sus principales socios comerciales.

Las encuestas mostraban un escenario electoral completamente dividido al otro lado del Atlántico, y aunque la victoria del candidato republicano fue más pronunciada de lo previsto inicialmente, coincidió con la publicación de dos informes clave para el proyecto común europeo: los de Enrico Letta y Mario Draghi sobre la productividad y la competitividad en la Unión.

Esta autonomía estratégica, en la que el Gobierno español basó su respuesta tras la victoria de Trump, implicará enormes cantidades de inversión pública y privada para garantizar la competitividad europea. Conferencia del economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip R. Lanenecesidades de inversión identificadas en la transición verde y digital y necesidades de defensa en 5.500 millones de euros. De ellos, 4 mil millones deberán proceder de iniciativas privadas y 1,5 mil millones de diversas iniciativas públicas de la Unión Europea.

Estas magnitudes cobran ahora mucho más importancia con el regreso a la Casa Blanca de Trump, quien ya practicó una política proteccionista durante su mandato y todo indica que volverá a hacerlo. Sin embargo, es difícil tomar medidas pronto, ya que la estabilidad del Gobierno alemán, locomotora europea, pende de un hilo después de que se rompiera la coalición «semáforo» apoyada por el Ejecutivo de Olaf Scholz. La otra pata del eje franco-alemán, Francia, tampoco se encuentra en una situación óptima, con un primer ministro muy débil al que le resultará difícil avanzar.

¿Cómo estimular las inversiones para hacer frente a los 5,5 billones de euros que necesita la Unión Europea para los próximos años? La receta del BCE implica, tanto a nivel europeo como nacional, numerosas reformas que mejoran el ecosistema empresarial y una mejor calidad de las finanzas públicas.

Así, como incentivo para el sector privado, Lane destaca que es urgente que la Unión Europea completar la unión bancaria y de capitalesuno de los retrasos del mercado único que impide a las economías europeas invertir en el continente. Otra propuesta es fortalecer y mejorar este mercado único y también el papel de los organismos multilaterales como el Banco Europeo de Inversiones, ahora encabezado por el ex vicepresidente. Nadia Calvinoo el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo.

La propuesta del BCE también incluye la idea de Draghi de crear una especie de «Régimen 28‘, que permite a las empresas europeas operar en los Veintisiete países con la misma licencia y permisos sin tener que pasar por la burocracia de cada país. El Ministerio de Economía recogió el guante e hizo suya esta iniciativa con la propuesta de un «Régimen 20» que elimina la disparidad de requisitos administrativos entre comunidades autónomas y entidades locales y, al mismo tiempo, reduce los trámites.

Ministro el cuerpo de carlos También puso sobre la mesa la posibilidad de crear «sandboxes» regulatorios con alianzas entre países para impulsar algunos de los proyectos clave de la Unión, como esa unión bancaria que se está viendo frenada por los países más reticentes.

A nivel estatal, donde pueden encajar ambas medidas propuestas por el titular de Economía, el BCE propone que los países miembros «mejorar las condiciones para la actividad empresarial»reducir la carga regulatoria (uno de los principales requisitos empresariales), así como un impuesto «más favorable a la inversión» para las empresas.

En términos de inversión pública, el BCE recomienda que el marco de gobernanza económica de la Unión Europea (conocido como reglas fiscales) sea más favorable a la inversión y pide maximizar el impacto positivo de programas como UE de próxima generación o el REPowerEU.

En cuanto a la Unión, el BCE insiste en que es necesario «repriorizar» el presupuesto comunitario y también aumentar los recursos propios de los Veintisiete. A esto se suma una opción a la que se oponen los países más frugales: la posibilidad problemas comunes de deudacomo se hizo con la financiación de los fondos europeos después del COVID, para que se puedan pagar estos bienes comunes europeos.

Cada Estado miembro debe «crear espacio fiscal para la inversión en planes fiscales estructurales a medio plazo», mejorando la capacidad administrativa para que la inversión pública sea de alta calidad, mejorando y, de nuevo, reevaluando y priorizar el gasto público.

Más allá de las medidas que ya impulsa el ministro de Economía, el Gobierno reaccionó a la victoria de Trump evitando el enfrentamiento con una Administración que representa todo lo contrario a la coalición PSOE y Sumar. El mensaje de La Moncloa es claro: reforzar alianzas y promover la autonomía estratégica. La inversión en defensa ya no se deberá únicamente a la presión estadounidense… también es uno de los comunes europeos ser «independiente» de una Casa Blanca de Trump como inquilino.