El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha señalado este lunes que el caso del ocupante de una embarcación que transportaba 115 kg de hachís y que falleció tras una persecución de una patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) en Barbate (Cádiz) vuelve a demostrar que «no hay impunidad» en el Campo de Gibraltar para los narcotraficantes.
«Está claro que la impunidad no existe en el Campo de Gibraltar ni en toda la costa, y la actividad llevada a cabo tanto por la Policía Nacional como por la Guardia Civil y en este caso por la Superintendencia de Aduanas, de manera estricta y constante, es una prueba de ello contra el crimen organizado», afirmó en declaraciones a la prensa tras la inauguración de los cursos de verano de la UNED para internos y personal externo en el centro penitenciario madrileño I-Alcalá Meco.
Marlaska afirmó que la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en España es «un ejemplo a nivel europeo», aunque evitó entrar en detalles sobre la operación en Caños de Meca, en el municipio de Barbate, como las actuaciones perseguidas.
La delegación del Gobierno confirmó ayer que la muerte del tripulante del buque cargado de hachís se produjo por parada cardiorrespiratoria tras una persecución en la que se llevaron a cabo «una serie de agresiones» que provocaron «varios impactos» a la patrulla del SVA.
Los agentes lograron detener y abordar la embarcación sospechosa de narcotráfico, dejando a un ocupante dentro de la embarcación herido mientras otro saltó al agua en un intento de escapar, aunque ambos fueron finalmente arrestados.
En el traslado al puerto de Barbate, uno de los tripulantes, un ciudadano marroquí sin documentos, sufrió una parada cardiorrespiratoria sin posibilidad de reanimación. El otro ocupante es un español con antecedentes por tráfico de drogas.