Alertan del «cambio de modelo productivo» que está «introduciendo» el Gobierno gallego y alientan manifestaciones contra Altri este domingo en Santiago
Los colectivos de mariscadores de los pies de A Illa de Arousa, Carril, Vilaxóan, Rianxo, O Grove y Noia, denunciaron el «abandono total» por parte de la Xunta ante la situación «insostenible» que atraviesa el sector.
Así lo afirmaron este miércoles en una rueda de prensa donde recordaron que el pasado mes de octubre tuvieron «una inundación» que incluso la Xunta «calificó de catastrófica».
Luego, prosiguieron, el consejero del Mar, Alfonso Villares, pidió al Gobierno central que declarara «zona catastrófica» las rías gallegas afectadas.
«Un año y dos meses después, el día de la ‘limosna’ – se quejaron.
Esta ayuda «ni siquiera llegó a todos los mariscadores», ya que «muchos se quedaron sin cobrar» porque para la Xunta «ganar 3.000 euros en tres meses es mucho que ganar».
El grupo exigió al Ejecutivo gallego «hacer público» el porcentaje de ayudas que ha ejecutado para «diferenciar propaganda de realidad».
Detallaron además que el pasado 12 de agosto se puso en marcha una línea de ayuda a mariscadores, en la que el «70%» está financiado con fondos europeos, «por un importe de 1,25 millones de euros».
Esta cantidad es «claramente insuficiente» para poder disponer de una «cantidad decente por mariscador». Además, explicaron, deben promediar los días trabajados en los últimos tres años, lo que significa «descontar» que hubo inundaciones y en consecuencia no pudieron trabajar.
Por todo ello, preguntaron cuáles son los planes de explotación y por qué el Ministerio del Mar «no responde» a las distintas solicitudes de reuniones del colectivo.
Los mariscadores «tienen claro» que la Xunta «no los quiere en el mar» y que proyectos como Altri o la mina de Touro «indican la idea de abandonar a la suerte todos los sectores marisqueros».
«La Xunta está introduciendo un cambio en el modelo productivo», advirtieron, al convocar manifestaciones este domingo en Santiago contra la fábrica que la multinacional portuguesa quiere instalar en Palas de Rei (Lugo).
