El gobierno del «popular» Alfonso Fernández Mañueco calificó la decisión de Vox de «injustificada e incomprensible», asegurando que en Castilla y León se cumplió el pacto de gobierno y se garantizaba la estabilidad, y que seguirían trabajando «eficazmente por y para los pueblos de esta tierra».
Esto fue afirmado en un comunicado enviado a la prensa tras enterarse de la decisión de dimitir de los cuatro vicepresidentes regionales de Vox, incluido Juan García-Gallardo.