Manifestación en Pamplona contra Monumento a los Caídos
Una manifestación, convocada por 33 colectivos memorialistas, exigió el derribo del Monumento a los Caídos de Pamplona y expresó su rechazo al acuerdo alcanzado por EH Bildu, PSN y Geroa Bai para transformar este edificio en un centro de memoria histórica.
La movilización comenzó pasadas las cinco de la tarde desde el Monumento a los Caídos, en la Plaza de la Libertad. Un grupo de personas vestidas con chalecos de construcción, cascos y martillos encabezaban la marcha, seguidas por una pancarta con el lema «Caídos, demolidos ahora» y otra con el mensaje «+3.700 muertos».
Durante el recorrido, donde se vieron banderas republicanas, navarras e ikurriñas, se mostraron lemas como «Caídos derribo», «Símbolos de Francisco a la vista», «Dinamita para el monumento» o «Tirémosla a los cimientos».
En declaraciones a la prensa, Yolanda Ansó y Koldo Amatria, en representación de los grupos organizadores, pidieron a EH Bildu, PSN y Geroa Bai que conviertan el acuerdo para resignificar este monumento en uno de derribo.
Koldo Amatria se atribuyó la responsabilidad de la demolición del edificio. Destacó que el monumento actualmente «no tiene un solo símbolo» y recordó que «hace unos 20 años se cubrió todo el exterior y se llamó Sala de Exposiciones» pero «nadie en Pamplona la conoce como Sala de Exposiciones».
Preguntada por la propuesta del alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, de acordar el nombre del previsto centro de la memoria, Yolanda Ansó respondió que pueden darle ese nombre a «cualquier edificio que quieran. En cualquier otro lugar, en el monumento antifascista, pero aquí hay que demolerlo y, por lo tanto, no hay nombre para una demolición.
Por su parte, Koldo Amatria señaló que el Palacio del Marqués de Rozalejo, en la calle Navarrería de Pamplona, donde se ubicará el Instituto Navarro de la Memoria, «puede acoger perfectamente un lugar de homenaje, recuerdo y memoria» y llevar con gran honor el nombre de Maravillas Lamberto». «Aquí no, lo que sería sustituir los nombres de los dos generales genocidas que aquí fueron enterrados -Mola y Sanjurjo- por el nombre de Maravillas de Lamberto, que la verdad es que nos recupera el coraje sólo de pensarlo», desestimó.
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