Los veteranos confirman que el Dakar ha sido muy duro
El piloto valenciano Tosha Schareina (Honda) reconoce que «tiene un gran sabor como dicen la mayoría de los veteranos y que el Rally Dakar 2025 fue súper duro», al mismo tiempo que insiste en que creía en la victoria sobre el australiano Daniel Sanders (KTM) «desde segunda posición», aunque el segundo lugar en la clasificación general le sabe «a victoria» y a «aprendizaje».
«Estoy muy contento con este segundo lugar en el Dakar. Por supuesto, todos salimos de casa con la intención de ganar, pero también tuvimos muchos problemas, y este segundo puesto nos supo a victoria», expresó Schareina en una entrevista para Europa Press previa a la Gala de Campeones 2024 de la Real Federación Española de Motociclismo (RFME) en la sede del Comité Olímpico Español (COE).
Apenas seis días después del colosal esfuerzo en Arabia Saudita, Schareina se encuentra físicamente «destrozado» después de una edición donde le pasó «de todo». «El mayor aprendizaje fue la superación, cuando crees que lo has perdido todo, pero sigues adelante y al final te recuperas. Me resultó muy difícil, faltaban siete etapas y estábamos destrozados, pero seguí, seguí y quedé en segundo lugar, me quedaré para no rendirme y superarme», reflexionó.
El valenciano de 29 años llegó a este Dakar 2025 después de abandonar la primera etapa el año pasado y escapar de sus «espinas». Estuvo cerca de ganar la general, aunque siempre detrás de un imbatible Sanders que terminó con una ventaja de 8:50. «Nos pasó de todo, pero tampoco es excusa, Daniel hizo un trabajo increíble, dio mucho gas, logró controlar la carrera», elogió.
«Por supuesto que muchos factores se beneficiaron de eso, pero como digo, no es excusa, tenemos que mantener los pies en la tierra y el año que viene iremos por más, intentaremos ponerlo más difícil», afirmó Schareina, que cree en remontar «desde la segunda posición», a pesar de que la diferencia con el australiano es de más de un cuarto de hora.
En el prólogo, Sanders adquirió una ventaja de cinco minutos que resultó ser excesiva. «Nos pusimos los cascos, intentamos pisar el acelerador, cortamos y ahí estábamos, empujando y tirando. Al final no pudo ser, pero hasta el último momento intentamos dar todo lo que pudimos», afirmó, contento.
«Al llegar a ocho o nueve minutos en la última etapa, fue muy complicado, todos lo sabíamos, y más cuando salimos todos en paralelo y eran 60 kilómetros entre dunas, íbamos a ir todos juntos. Pero nunca hay que tirar la toalla, ya sabemos que en el Dakar puede pasar cualquier cosa, romper la moto, caerse, o sea no tirar la toalla, intentar estar concentrados hasta el último kilómetro y eso es lo que hicimos», defendió.
Uno de los grandes obstáculos del valenciano fue correr desde la quinta etapa con una lesión en la clavícula. «No sabía nada, sabía que me caí y me lastimé, pero no sabía nada más. Con los fisios hicimos una buena venda, me dolió, pero seguimos adelante. Fue una de las cosas que había que superar», afirmó.
Además, en la novena etapa del Dakar sufrió una terrible y espectacular caída de la que, sorprendentemente, salió ileso y solo un poco «mareado». «Fue una caída tonta, pero en la que sabes que te puedes lastimar. Pero a mí ni a la moto no nos pasó absolutamente nada y pudimos seguir adelante», celebró.
«Me sorprendí cuando desperté porque dije ‘oh mierda, a ver si me he lastimado más y no sé’ pero no lo hice. En ningún momento sentí ningún daño, pero pensé que estábamos en el kilómetro 12, faltaban 400, ha sido un comienzo de día muy malo», añadió el piloto de Honda.
Todos estos obstáculos y un recorrido exigente en el segundo día hicieron que este Dakar fuera «muy duro». «Es mi cuarta edición, pero la mayoría de los veteranos me dijeron que fue una barbaridad. Creo que es genial que la mayoría de los veteranos digan que fue súper difícil, no solo para mí. Pero somos masoquistas y vamos a volver», dijo riendo.
Si bien no solo se enfrenta a una agotadora prueba física, también debe aprobar un exigente examen mental. «Sería un 65-35, algo así, para la parte mental, porque hay que tener la parte física, pero llega un punto en el que estás destrozado y lo único que queda es la mente», dijo.
Por eso, en largos kilómetros corriendo solo, Schareina intenta «no pensar» en lo que queda por delante. «Finalmente te subes a la moto, estás inmerso en todo, te enchufas y sigues adelante. Y van pasando los kilómetros, no te puedes parar. De vez en cuando paras a comer algo, a beber, a repostar, paramos y cuesta mucho, pero también es el espíritu que intentamos no olvidarnos del Dakar», afirmó.
Finalmente, el valenciano reveló lo ocurrido en la penúltima etapa, que se vio acortada por las condiciones meteorológicas, pese a que los pilotos, entre ellos Schareina, querían recorrer los más de 300 kilómetros previstos. «Ya habíamos hecho los cálculos el día anterior, e incluso si alcanzábamos a Sanders, todavía teníamos tres minutos (para adelantarlo en la clasificación general). Al día siguiente íbamos juntos, fue muy difícil», dijo, antes de admitir que la decisión era lógica.
«Era una etapa extraña en la que ya llevábamos cinco horas bajo el sol, realmente no tenía sentido continuar, no parar, sino hacer 150. En las dunas con el sol arriba no se puede ver nada y pensar poco en los demás. Nosotros (los corredores principales) llegaríamos de noche, pero llegamos, pero los demás… Sería injusto que solo fueran dos corredores que querían seguir y porque me querían atrapar. Luego lo intenté y gané la etapa, no está nada mal, se hizo así y ya está», concluyó.
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