Los adolescentes deprimidos tienen mayor riesgo de vapear
Un estudio realizado por la Universidad de Sydney (Australia) sobre el comportamiento de vapeo entre estudiantes de secundaria en Australia encontró que aquellos que tenían síntomas depresivos graves tenían el doble de probabilidades de haber probado los cigarrillos electrónicos en comparación con aquellos que no tenían síntomas depresivos.
Los datos, publicados en el Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, se obtuvieron de una encuesta realizada como parte del ensayo de vapeo OurFutures, que es el primer y único ensayo clínico de un programa de prevención de cigarrillos electrónicos en escuelas de Australia.
Las cifras mostraron un uso generalizado de cigarrillos electrónicos entre aquellos con peor salud mental, incluyendo síntomas depresivos graves, estrés moderado y alto, y bajo bienestar. Los hallazgos resaltan la necesidad crítica de proporcionar apoyo efectivo a la salud mental y al mismo tiempo prevenir el vapeo durante la adolescencia temprana.
Específicamente, los investigadores encuestaron a más de 5000 estudiantes de séptimo y octavo grado de 40 escuelas en Nueva Gales del Sur, Queensland y Australia Occidental en 2023, creando uno de los conjuntos de datos más grandes sobre el vapeo entre adolescentes en el país.
El estudio tiene como objetivo probar rigurosamente si el uso de cigarrillos electrónicos se puede prevenir entre los adolescentes australianos. La Dra. Lauren Gardner del Centro Matilda de la Universidad de Sydney, quien codirige el estudio de vapeo OurFutures con la profesora Nicola Newton, destaca la importancia de abordar este problema.
Los resultados del estudio son consistentes con investigaciones realizadas en otros grupos de edad y países, incluyendo Estados Unidos, que han relacionado el uso de cigarrillos electrónicos entre adolescentes con síntomas depresivos, ansiedad y estrés. También se menciona que la edad promedio en que los adolescentes comienzan a vapear es a los 14 años.
La profesora asociada y coautora Emily Stockings del Centro Matilda menciona que existe una creciente evidencia de una relación entre el vapeo y la salud mental, sugiriendo posibles factores de riesgo sociales, ambientales y genéticos compartidos.
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