Las intensas lluvias que cayeron en la zona central de Chile han revivido, al menos temporalmente, las lagunas y embalses que habían desaparecido debido a más de una década de sequía en el país sudamericano.
La laguna Aculeo, ubicada a unos 50 kilómetros del centro de la capital, se ha convertido en un símbolo de la escasez de este recurso vital, con imágenes de ganado muerto y tierra agrietada cubriendo casi toda su superficie.
“Con la sequía, en la laguna se perdieron muchos empleos, pero ahora con esto el agua es vida, porque todo es reactivo, todos los negocios, hasta el más pequeño vendedor”, dijo Gloria Contreras, gerente de un camping en la zona.
Las fuertes lluvias caídas en las últimas semanas en la parte centro-sur del país han dejado al menos un muerto y miles de personas sin hogar.
Por otro lado, el lago Peñuelas -que solía abastecer de agua al balneario turístico de Valparaíso- también ha recuperado su «espejo de agua», aunque su recuperación está lejos de su nivel histórico.
«Hacía más de 20 años que no veía este lago así, hermoso, cada año que pasaba sufríamos más por la naturaleza y hoy volvió a ser el lago de esos años», dijo Eduardo Torres, residente del área natural protegida.
Un reciente estudio de la Universidad de San Sebastián demostró que los embalses capitalinos El Yeso y Los Aromos (en Valparaíso) se encuentran en niveles no vistos hace cinco años, al 89 y 99% de su capacidad respectivamente, lo que garantiza agua para el próximo año en la región metropolitana y Valparaíso.
Sin embargo, los expertos son menos optimistas sobre el impacto real de las precipitaciones en la disponibilidad de agua e incluso señalan que la región norte de Coquimbo podría experimentar episodios críticos de sequía en la próxima temporada primavera-verano austral.
«La zona central de Chile, después de 15 años de megasequía, necesita al menos tres, cuatro, diría hasta 5 años de lluvias normales y muy intensas para recargar completamente los acuíferos y que los embalses vuelvan al mismo nivel. » el nivel de precipitaciones y nieve sea al menos cercano a lo normal», dijo Patricio González, agroclimatólogo de la Universidad del Sur en Talca.
Según Alex Godoy, director del Centro de Investigación para la Sostenibilidad de la Universidad del Desarrollo, con la retirada del fenómeno climático de El Niño la situación es menos favorable.
«Obviamente, el escenario más probable es que no habrá más lluvias, y la falta de lluvia aumentará la escasez de agua, y obviamente deberíamos esperar un aumento de los regímenes de sequía de aquí a las próximas dos o tres temporadas», señaló.
