La Rioja: 2.000 ciberdelitos en 2023, 5,3% menos que en 2022
Al final del año pasado, Rioja registró un total de 2.038 delitos de fraude informático, lo que representa un 5,3% menos en 2022, según el estudio «El fraude informático en España 2024» del Grupo Logalty.
En España se registraron el año pasado 426.744 fraudes informáticos, un 27% más que en 2022, cuando fueron 335.995, y el triple respecto a 2018 (136.656). Las autonomías que lideraron este incremento fueron Andalucía (47,6%), la Región de Murcia (41,8%) y la Comunidad Valenciana (40,6%). La Rioja fue la única que experimentó un descenso (-5,3%).
Este tipo de ciberdelito se concentra en tres comunidades autónomas: la Comunidad de Madrid, Cataluña y Andalucía. Y los tres representaron el 49% del fraude informático detectado el año pasado en España -uno de cada dos delitos de este tipo-, lo que en números absolutos corresponde a 218.573 casos. Los tres registraron una media de 599 fraudes por día. Más allá de los tres, destaca el volumen de fraude informático registrado en la Comunidad Valenciana (40.835 casos), el País Vasco (25.059 casos) y Castilla y León (22.642 casos).
A nivel provincial también se detecta un aumento interanual generalizado del fraude informático, con la única excepción de Ourense (-13,6%) y La Rioja (-5,3%). Las provincias con mayor número de casos diarios son Madrid (198), Barcelona (145), Valencia (59) y Sevilla (47).
El análisis publicado por Grupo Logalty destaca la importancia de implementar tecnologías dentro de las organizaciones ante la ola de ciberataques contra grandes empresas en España en los últimos meses, así como el creciente ciberfraude derivado del robo y comercio de datos de particulares.
Ante esta situación, Grupo Logalty destaca cinco claves principales para que las organizaciones afronten el auge de este tipo de delitos en España: Incorporar tecnologías robustas destinadas a proteger los datos y verificar la identidad de las personas para confirmar su validez en todo tipo de transacciones. Mantenerse informado e implementar continuamente los últimos avances y actualizaciones tecnológicas para mantenerse seguro. Desarrollar políticas de privacidad y auditorías periódicas para garantizar el cumplimiento de la normativa vigente. Establecer protocolos de actuación claros y ágiles para responder eficazmente a posibles incidencias. Sensibilizar a los empleados de las organizaciones sobre la importancia de la prevención y la gestión responsable de los datos internos de la empresa.
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