La propuesta de ley causa sensación en Ecuador: defensa de los animales.

La propuesta de ley causa sensación en Ecuador: defensa de los animales.

Los ecuatorianos ya no podrán disfrutar de ver cerdos fritos con piel crujiente en los escaparates de los restaurantes si se aprueba un proyecto de ley de protección a los animales que, incluso antes de ser debatido, ya ha causado revuelo.

La propuesta está siendo considerada por una comisión legislativa que ha convocado a varios grupos defensores de los animales, ciudadanos y gremios productivos para elaborar un documento unificado que será debatido en el pleno de la Asamblea en los próximos días.

En Ecuador, como en otros países de la región andina, es común en varias ciudades como Sangolquí –en las afueras de Quito– o Juján, cerca de la ciudad costera de Guayaquil, ver calles llenas de restaurantes que exhiben cerdos o gallinas mientras cocine sobre carbón para atraer a los comensales.

Pero los grupos defensores de los derechos de los animales están intentando prohibir estas prácticas culinarias y otras prácticas relacionadas con el turismo, como los paseos en carruajes tirados por caballos.

Rodrigo Gómez de la Torre, expresidente de la Cámara Agropecuaria y ganadera, dijo a La Prensa Asociada que la propuesta es «excesiva» porque supone que «la relación humano-animal se basa en un acto de violencia».

Entre las prohibiciones más controvertidas se encuentran la exhibición de cuerpos enteros de animales «sacrificados, ahorcados o cocinados en lugares públicos, vitrinas o locales comerciales» o el «confinamiento permanente» de animales para su consumo en espacios reducidos.

Gómez de la Torre consideró que esto afectaría al comercio, ya que «lo que no se exhibe no se vende». Además, al cambiar los sistemas de producción de jaulas para aves o galpones de leche a espacios abiertos, aumentarán los costos de producción, al igual que productos como los huevos, el pollo o la leche, afirmó.

Pero para Cristina Alarcón, coordinadora de los grupos que apoyan el proyecto de ley, el objetivo es «eliminar prácticas extremadamente crueles contra los animales» y también es una cuestión de salud pública, ya que pretende evitar la contaminación de las partes comestibles expuestas.

«Es necesario migrar a sistemas de mayor bienestar que se traduzcan en un mejor producto para el consumidor», afirmó el activista, añadiendo que la transición tardaría entre ocho y diez años, dependiendo de si se trata de pequeños, medianos o industriales productores.

La propuesta también prohíbe el uso de animales para el transporte en actividades turísticas, la pesca deportiva, el suministro de antibióticos, antimicrobianos o promotores del crecimiento y el comercio o producción de bienes con plumas, caparazones, cueros, pieles o pieles de animales.

Varias comunidades, especialmente las de montaña, promueven el turismo comunitario y utilizan caballos para ofrecer recorridos por paisajes naturales, mientras que localidades como Quzapincha, al norte de la Capital, son reconocidas por su oferta de diversos productos de cuero.

Milton Aguas, diputado de la Comisión de Biodiversidad, admitió en diálogo con la AP que «hay extremismos de ambos lados y buscamos un equilibrio en la defensa de la naturaleza y diferentes sectores», por lo que seguirán recibiendo aportes hasta la final de la propuesta. . el cual será conocido en el pleno de la Legislatura.

Para Francisco Portilla, un comerciante de 52 años, se trata de un tema «complejo» porque, si bien le preocupa el aumento de los precios de los alimentos, también apoya el establecimiento de normas para proteger a los animales.

«Sólo por el hecho de ser animales no pueden ser maltratados ni sometidos a sacrificios crueles», afirmó.

FUENTE

nuevaprensa.info

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