La pobreza en Argentina se disparó en el primer semestre del año, alcanzando al 52,9 por ciento de la población de alrededor de 47,3 millones, un duro golpe para el gobierno del ultraliberal Javier Milea, quien llegó al poder el 10 de diciembre.
La cifra revelada el jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) representa un empeoramiento de las variables sociales de 11,2 puntos porcentuales respecto al segundo semestre de 2023, cuando el 41,7% de la población era pobre.
Mientras tanto, la indigencia -pobreza extrema- también ha aumentado, afectando al 18,1% de los ciudadanos.
Los crecientes daños se deben en gran medida a la licuefacción de los ingresos de los ciudadanos por el aumento de los precios de los alimentos y otros productos básicos y la liberalización de las tarifas de la electricidad, el agua, el gas y el transporte.
La disminución de la actividad económica y el aumento del desempleo también influyeron en las políticas de ajuste que aplicó Milei con el argumento de combatir el déficit y combatir la inflación, que cayó de dos dígitos a 4,2% mensual.
El aumento del costo de vida, en tanto, ronda el 236% año tras año, tasa que ubica a Argentina entre los países con mayor inflación del mundo.