La importancia de un simple gesto en el jardín este otoño.

La importancia de un simple gesto en el jardín este otoño.

Un suelo que esconde más de lo que parece

En otoño, además de las hojas muertas que cubren el suelo, muchas veces aparece otro elemento sin que prestemos mucha atención: los frutos caídos de los árboles. Los vemos rodando por el suelo, descomponiéndose lentamente, y es fácil pensar que eventualmente alimentarán la tierra. Después de todo, ¿acaso la naturaleza no se cuida a sí misma? Pero no siempre es tan sencillo.

Estos frutos que quedan en el suelo, ya sean medio podridos o aún intactos, pueden ser en realidad la causa de problemas insidiosos para el jardín. A menudo son causa de enfermedades porque a medida que se pudren, se convierten en un caldo de cultivo ideal para hongos y bacterias. Además, atraen una variedad de plagas que aprovechan este abundante otoño para prepararse para el invierno.

Cuando el olvido se convierte en caldo de cultivo para los problemas

Los frutos caídos pueden parecer inofensivos. Sin embargo, al dejarlas pudrirse en el suelo, ofrecemos un ambiente ideal para plagas y enfermedades. Los hongos, mohos y otros patógenos crecen rápidamente y afectan no sólo a la fruta sino también a los propios árboles.

Enfermedades como la moniliosis, por ejemplo, pueden propagarse fácilmente a través de frutas momificadas, contaminando así las ramas y debilitando el árbol.

Además, estos frutos atraen a animales que quizás no sean los mejores amigos del jardinero: avispas, roedores, babosas… Todos ellos encuentran un festín ideal antes de la llegada del invierno, y algunos bien podrían quedarse un poco más en el jardín, convirtiendo los lugares en un verdadero foco de problemas para los próximos meses.

Un simple gesto para un gran alivio

Afortunadamente, sólo hace falta una simple acción para evitar estos inconvenientes: recoger periódicamente la fruta caída. Esto ayuda a limitar la propagación de enfermedades y reduce el riesgo de infestación de plagas. Es un trabajo pequeño, pero marca una gran diferencia para la salud del jardín.

Algunos podrán preguntarse si estos frutos no pueden quedarse atrás solo para enriquecer el suelo, pero la realidad es que No todo lo que cae al suelo es necesariamente bueno. La fruta dañada o enferma no se debe convertir en abono sin cuidado, ya que puede propagar patógenos al jardín. Así que es mejor recogerlos y asegurarse de que Sólo las frutas sanas van al abono.

¿Cómo proceder de manera efectiva?

Recoger fruta caída no tiene por qué ser una tarea ardua. Al integrar esta pequeña tarea en la rutina de mantenimiento de su jardín, se vuelve mucho más manejable. A continuación se ofrecen algunos consejos para hacerlo más agradable:

  • Levante un poco a la vez: en lugar de dejar que los frutos se acumulen en el suelo, una pequeña recogida regular, cada semana por ejemplo, evitará despertarse abrumado. Un simple paseo por el jardín basta para recoger los pocos frutos caídos.
  • Utilice herramientas adecuadas: un recogedor de hojas o una escoba pueden simplificar mucho el trabajo, especialmente si los frutos están triturados o son difíciles de recoger a mano.
  • Haga abono con cuidado: si los frutos no presentan signos de enfermedad, se pueden añadir al compost. Esto permite reciclar estas frutas mientras enriquece el suelo, pero tenga cuidado de no poner frutas enfermas allí.
  • Siéntete libre de eliminar: si los frutos están evidentemente infectados, es preferible tirarlos fuera del jardín para no favorecer la propagación de enfermedades.

Un simple gesto para prepararse para la primavera

Al recolectar frutos caídos, no solo mantenemos el jardín durante el invierno. Nos estamos preparando especialmente para la próxima temporada. Los árboles frutales y los arbustos te lo agradecerán al ser más resistentes y menos propensos a las enfermedades. La primavera será así más alegre, sin sorpresas desagradables por hongos o insectos no deseados.

Este gesto, por más simple que sea, puede marcar una gran diferencia. La próxima vez que camines por el jardín en otoño, piensa en esas frutas caídas. Recolectarlos es un paso hacia un jardín más saludable y robusto para las próximas temporadas.

Preparar el jardín para el invierno no significa simplemente aplicar mantillo o podar: también es cuidar lo que cae naturalmente y asegurarse de que esto no se convierta en una fuente de problemas. Así que no olvides este gesto simple pero crucial. ¡Tu jardín te lo agradecerá en primavera!

FUENTE

nuevaprensa.info

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