La gripe aviar se extiende en la Antártida

La gripe aviar se extiende en la Antártida

Científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), previamente describieron la presencia de gripe aviar altamente patógena (HPAI H5N1) en muestras de skúas y elefante de fuego en la región de la Península Antártica.

Se han identificado 14 nuevos casos positivos confirmados tras el nuevo análisis de muestras de animales recolectadas durante la expedición Australis, un proyecto internacional que rastreó la presencia del patógeno en la Península Antártica y el norte del Mar de Weddell.

Expertos señalan que estos nuevos resultados indican que la propagación del virus en la región sur es mayor de lo esperado, con una dispersión importante en el norte de la Península Antártica y casos confirmados en pingüinos, palomas antárticas y lobos marinos, lo que representa una amenaza para la conservación de la vida silvestre.

Este hallazgo fue presentado en el Comité Científico para la Investigación Antártica (SCAR), la conferencia científica más grande del mundo sobre ciencia antártica celebrada en Chile del 19 al 23 de agosto.

En su intervención, el equipo de investigación del CSIC liderado por Antonio Alcami presentó datos iniciales que confirman la presencia de influenza aviar altamente patógena en muestras de 13 skúas y un elefante de fuego. A este hallazgo se suman dos casos adicionales reportados por equipos científicos en Chile y el Reino Unido.

Además, los investigadores españoles presentaron nuevos datos obtenidos por Ángela Vázquez, Ana Moraga, Begoña Aguado y Antonio Alcamí, demostrando la presencia del patógeno en 14 animales, entre ellos pingüinos, skúas, palomas antárticas y lobos marinos.

“Estas muestras mostraron signos muy débiles en las pruebas iniciales realizadas a bordo del velero Australis durante la expedición antártica y fueron consideradas negativas», señalan los investigadores.

«Una vez llegadas las muestras a Madrid y tras optimizar los protocolos de PCR y secuenciar la región que define el virus IAAP, se demostró la presencia del virus IAAP de alta patogenicidad en estos animales», añaden.

Presencia viral en pingüinos, palomas antárticas y lobos marinos

Un nuevo análisis de las muestras recogidas en la expedición Australis confirmó la presencia del Virus IAAP H5N1 en tres nuevas especies animales: pingüino, paloma antártica y león marino.

La relevancia de identificar a los pingüinos Adelia infectados se debe a que el pasado mes de abril en la isla antártica de Heroina, en el mar de Weddell, los científicos descubrieron una mortalidad masiva de esta especie de pingüinos con más de 500 cadáveres. Por tanto, la detección del virus en cuatro pingüinos sugiere que el virus de la gripe aviar pudo haber causado muchas de estas muertes.

La Isla Heroína era un área con una alta tasa de infección en fauna, detectándose el virus también en dos skúas, tres palomas antárticas y un león marino. El virus también ha afectado a los pingüinos de las cercanas islas Paulet y Beagle, con uno y tres nuevos casos positivos de esta especie animal, respectivamente.

«En la Isla del Diablo no observamos una mortalidad masiva de pingüinos, pero pudimos detectar 12 casos positivos para gripe aviar de baja patogenicidad y por tanto negativo para el virus HPAI H5N1», afirma Alcamí.

«Estos resultados cambian completamente lo que sabemos sobre la gripe aviar en la Antártida. El virus entró con mayor profundidad en la zona que visitamos con la Expedición Australis, en la parte norte de la Península Antártica, donde provocó importantes mortalidades en algunas colonias de pingüinos”, destaca el científico del CBMSO.

«Evolución de la influenza aviar en la Antártida

El subtipo H5 del virus de la influenza aviar evolucionó originalmente en las aves de corral, pero recientemente se ha adaptado para propagarse entre los animales salvajes. Desde 2020, su propagación ha provocado muertes importantes de aves y mamíferos silvestres en casi todo el mundo y en 2022 se ha confirmado su llegada a Sudamérica.

Su tan esperada expansión hacia la Antártida se confirmó por primera vez el 24 de febrero de 2024 gracias a los descubrimientos realizados por los investigadores del CSIC Ángela Vázquez y Antonio Alcamí.

Tras el hallazgo, el 13 de marzo, una expedición internacional a bordo del velero Australis (HPAI Australis Expedition), con la participación de los investigadores del CBMSO Begoña Aguado y Antonio Alcamí, para rastrear la presencia del virus en la región de la Península Antártica y el norte del Mar de Weddell. Los resultados mostraron que la propagación de influenza aviar altamente patógena en la región sur, donde se han observado altos niveles de mortalidad de skúas.

En julio, este descubrimiento fue seguido de la confirmación de la presencia del virus en la Antártida, por primera vez, en un mamífero marino. El equipo de investigación español del CBMSO-CSIC, en colaboración con el proyecto de investigación sobre ecología de pingüinos antárticos PERPANTAR del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), encontró el patógeno en el cadáver de un elefante de fuego.

«Este descubrimiento ya ha demostrado la propagación de la enfermedad a otros grupos de animales con consecuencias desconocidas para la fauna y los ecosistemas antárticos. Ahora, los resultados que presentamos indican que el virus ya se transmitió a varias especies de animales y es posible que en el próximo verano austral provoque una alta mortalidad, especialmente en pingüinos, con un efecto devastador», concluye Alcamí.

FUENTE

nuevaprensa.info

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