La evolución de los relojes y pulseras para el control de la salud.
Relojes, pulseras y ahora anillos, «inteligentes» y cada vez más potentes, que monitorean nuestros órganos durante todo el día y controlan algunos parámetros de forma no invasiva y pasiva. No son dispositivos médicos, pero realizan prácticamente la misma función al analizar datos fisiológicos para «alertar» cambios en la frecuencia cardíaca o la presión arterial.
Un estudio publicado en «Gastroenterology» analizó estas «luces» – registradas por dispositivos como Oura Ring, Fitbit y Apple Watch – en relación con la aparición de la enfermedad inflamatoria intestinal, interceptando las primeras señales hasta 7 semanas antes. La investigación de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, entre cuyos autores se encuentra el investigador italiano Matteo Danieletto, inscribió a 309 participantes en 36 estados de EE. UU.
Los dispositivos registraron la frecuencia cardíaca en reposo y en reposo, la variabilidad, los pasos dados y la oxigenación. Además, los participantes realizaron otras pruebas, y el conjunto de estos parámetros fisiológicos recogidos por los dispositivos permitió identificar precozmente la aparición de enfermedades inflamatorias intestinales.