La economía mejora, pero el futuro político es incierto
La economía de Venezuela tuvo un mejor desempeño en 2024 en términos de producción de petróleo y control de la inflación, aunque fue «complicado», según analistas que predicen que el desempeño en 2025 dependerá en gran medida de los acontecimientos políticos y del mantenimiento o suspensión de sanciones económicas externas y licencias energéticas.
Cuando expertos, consultores y organizaciones globales analizan los números macroeconómicos, concluyen que ha sido un «año positivo» para Venezuela, incluso cuando termina con una inflación acelerada y una «movilidad» cambiaria mayor que la habitual, dice Luis Oliveros, economista y empresario. . tanques.
Según los cálculos del Fondo Monetario Internacional, el Producto Interno Bruto de Venezuela aumentó casi un 3%, alcanzando casi 106 mil millones de dólares, un nivel que no se alcanzaba desde hacía 9 años. Otros analistas creen que este crecimiento anual se situará entre el 4% y el 5%.
Este es el tercer año de un cierre económico positivo después de un largo período de contracción, que los expertos independientes estiman en alrededor de 80 puntos porcentuales, un récord negativo sin precedentes.
El gobierno venezolano es aún más optimista en sus estimaciones para 2024. Según sus cifras, la economía nacional ha crecido más del 8%, señala Aldo Contreras, asesor financiero y profesor de las universidades católicas de Táchira y Los Andes.
«Nosotros resurgimos de las cenizas y ellos no pudieron ni podrán, la economía venezolana seguirá avanzando», afirmó hace semanas el presidente Nicolás Maduro, destacando una mejora «notable».
Gran parte de este impulso se basa en la producción de petróleo, que ha promediado un millón de barriles por día.
Un informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo dijo que Venezuela produjo un promedio de 960.000 barriles por día en noviembre. A finales de 2023, ese promedio se acercaba a los 800.000 barriles diarios.
Este año hubo sectores que crecieron, como el comercial, apunta Contreras, aunque otros, como el de la construcción, se quedaron completamente estancados. «Fue un año complicado, la recuperación es muy lenta», comenta el economista a Voz de América.
Oliveros, por su parte, señala que las cifras económicas de Venezuela son «una excelente noticia» comparadas con las de la última década, pero el país sudamericano «tiene un largo camino por recorrer» tras años de hiperinflación y una caída sin precedentes de la producción nacional independiente. Los expertos calculan en más de 80 puntos durante 8 años consecutivos.
Recuperaciones, sanciones y salarios
Giorgio Cunto, economista y científico de datos, coincide en que la mayoría de los indicadores económicos de Venezuela reflejaron «un mejor desempeño» respecto al año anterior, pero subraya que «no fue un obstáculo muy grande a superar».
El experto afirmó que Venezuela ha tenido «recuperaciones lentas» en sus negocios como la producción de petróleo, aunque su economía aún tiene «cimientos muy frágiles» después de años de cifras negativas.
La explotación de petróleo y gas se ha apoyado en operaciones conjuntas bajo licencias, lideradas por la estadounidense Chevron, afirma, mientras que la inflación cerrará el año en dos dígitos, un fenómeno sin precedentes en Venezuela desde 2015.
«Para cualquier otro país del mundo, una inflación superior al 20% anual es un escándalo, pero en el caso de Venezuela, que tiene las huellas de un episodio hiperinflacionario, es una desaceleración sustancial», subraya el experto.
El salario mínimo no ha cambiado este año y se considera el más bajo de la región, con apenas 130 bolívares, poco más de dos dólares al tipo de cambio oficial, aunque el gobierno ha aumentado los bonos mensuales que se complementan en enero y mayo.
Sin embargo, el salario mínimo promedio en las empresas privadas era de 255 dólares mensuales, aunque esto beneficia a alrededor del 30% de la población económicamente activa, según Contreras, profesor de universidades de los estados andinos.
Un punto negativo del año es que la cartera crediticia tampoco creció, señala. «Su tamaño es de 1.200 millones de dólares, cuando en años anteriores era de 12.000 millones de dólares», afirma.
En este contexto, el poder adquisitivo de los venezolanos ha seguido cayendo, insiste. “Hoy se necesitan 400 dólares para comprar lo que se compraba con 100 dólares hace 4 años. Los salarios no están aumentando al mismo ritmo que los precios dolarizados», advierte.
Una mejora relativa
La economía venezolana está mostrando «ciertas señales de mejora», según cifras del Banco Central cercanas al gobierno de Nicolás Maduro, cuyos informes son considerados «de calidad cuestionable por su probidad y poder explicativo, en medio de un alto nivel de opacidad». , según el profesor universitario y economista Carlos Ñáñez.
Las cifras oficiales, subraya, «no indican retorno» ni se traducen en prosperidad para los ciudadanos, que esperan servicios públicos funcionales, acceso a la salud y mejora de la producción nacional, entre otras variables, subraya el especialista.
El experto prevé una política «muy inestable» el próximo año, lo que repercutirá en la economía. Hasta que no haya un Estado institucional firme, no desaparecerán «las mismas fallas básicas», como la sobrefinanciación estatal de Petróleos de Venezuela y una brecha de más del 20% entre los tipos de cambio oficiales y los del mercado paralelo de divisas, dice. Ñáñez.
El petróleo, clave en 2025
Los expertos coinciden en que existe incertidumbre en las perspectivas económicas de Venezuela para el próximo año debido a las tensiones políticas. El presidente Nicolás Maduro ganó oficialmente la reelección para un tercer mandato, pero la oposición dice que tiene pruebas de que ganó cómodamente y promete tomar el poder en enero.
El escenario interno también se verá afectado por el externo, afirman, sobre todo por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca a partir del 20 de enero, en medio de la posibilidad de nuevas sanciones económicas y restricciones a los negocios energéticos entre empresas norteamericanas y venezolanas. Estado, como sugirió el presidente electo.
«Gran parte del saldo del próximo año depende del frente petrolero, donde Venezuela se está acercando al límite superior teórico de su capacidad productiva y requerirá inversiones sustanciales, que no se producirán», dice Cunto.
El actual aumento de la producción de petróleo se debe principalmente a la reactivación de pozos que Chevron «reactiva relativamente rápido», explica. «Pero eso tiene un límite», también en un mercado global donde Venezuela no tiene impacto, señala.
«Si se mantienen, renuevan, suspenden o extienden las licencias bajo las cuales opera, podría tener repercusiones sustanciales en el mercado petrolero venezolano y su impacto en la economía. Chevron y las empresas conjuntas son el componente más dinámico”, señala.
«El mayor problema es que no está deteniendo su caída, que ya se ha producido, sino que no está dando señales suficientes de que pueda crecer para recuperarse de forma sostenida», apunta.
Contreras, por su parte, prevé tendencias «muy similares» a las de 2024, quizás con «bajas ventas y reducido consumo» en el primer trimestre por la situación política.