La apertura de aduanas en Ceuta y Melilla «profundiza la precariedad» de los agentes, denuncia la AUGC.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Ceuta ha expresado su preocupación por la situación de los agentes destinados en las fronteras entre Ceuta y Melilla ante la próxima apertura de las aduanas comerciales, después de tres años de negociaciones entre España y Marruecos.
La entidad advierte que esta nueva etapa aumentará la presión sobre los agentes, que ya operan en condiciones precarias debido a la escasez de personal, el aumento de la carga de trabajo y la falta de infraestructuras adecuadas.
Según la AUGC, los propios agentes consideran las fronteras entre Ceuta y Melilla como de «tercer mundo» debido a la falta de infraestructuras adecuadas, recursos materiales y personal suficiente, lo que los lleva a creer que no están preparados para afrontar el desafío de garantizar la seguridad y el control en estas nuevas aduanas.
Para la asociación, la apertura de la aduana, que supondrá la regularización de un flujo mínimo de mercancías, no responde a las necesidades reales de los guardias civiles. Piden al Gobierno que dote a las fronteras de los recursos humanos y materiales necesarios antes de abrirlas.
También criticaron que el acuerdo está marcado por condiciones impuestas por Marruecos que afectan directamente al trabajo de la guardia civil y a la soberanía de las ciudades autónomas.
Es inadmisible adoptar medidas que cedan soberanía y coloquen a los guardias civiles en una situación de desventaja operativa frente a las condiciones impuestas por Marruecos y aceptadas por España sin rechistar, expresaron en un comunicado.
Critican que la clase política negocia en silencio mientras los guardias civiles siguen enfrentándose a situaciones límite como la gestión del drama migratorio y los retornos en condiciones inhumanas, como en el llamado «tubo de la vergüenza» en la frontera del Tarajal.
Los agentes tienen que custodiar durante horas a las personas interceptadas en el mar, en instalaciones improvisadas y sin los medios necesarios, hasta que Marruecos decide recibirlas en sus propios términos y calendario, añaden.
La AUGC reprocha a las clases políticas y empresariales su indolencia, aparentemente más preocupadas por el comercio que por el bienestar de los agentes o por garantizar que estas fronteras cumplan con estándares mínimos de seguridad y derechos humanos.
Desde la Asociación creen que los guardias civiles merecen respeto, unas condiciones laborales dignas y un compromiso firme del Gobierno para garantizar que las aduanas de Ceuta y Melilla sean espacios funcionales y seguros, donde se respete tanto su trabajo como sus derechos.
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