La actividad humana afecta la diversidad de plantas en un territorio.

La actividad humana afecta la diversidad de plantas en un territorio.

Un estudio realizado en la Universidad de Oviedo revela que la diversidad de plantas en un territorio se ve afectada por el índice de huellas digitales humanas y por el entorno geográfico de hasta varios cientos de kilómetros. El estudio fue publicado recientemente en la revista Nature, según lo informado por la Universidad de Oviedo.

El trabajo, en el que participaron el Laboratorio de Vegetación y Biodiversidad de la Universidad de Oviedo, asociado con MIARES, el Instituto de Investigación de Biodiversidad (Universidad de Oviedo-CSIC-Principado de Asturias) y el Jardín Botánico Atlántico en Gijón, se desarrolló dentro de la red Darkdivnet y se centró en aproximadamente 5500 lugares.

Trabajaron con un concepto creado en 2011 por investigadores de la Universidad de Tartu, el de la «diversidad oscura», que es la proporción de especies que podrían vivir en un lugar específico, pero no.

En cada ciudad estudiada, los equipos de investigación analizaron todas las especies de plantas presentes en diferentes hábitats para identificar la «diversidad oscura». Esta nueva metodología para un estudio de la biodiversidad permitió la estimación de la diversidad potencial de plantas en cada estudio y su comparación con las plantas verdaderamente presentes.

Los resultados revelan hasta ahora un efecto de las actividades humanas en la biodiversidad desconocida. En regiones con un poco de impacto humano, los hábitats naturales contienen un tercio de las especies potenciales, principalmente porque, naturalmente, no todas las especies pueden dispersarse en todo el territorio.

Por el contrario, en regiones con un fuerte impacto humano, los hábitats tienden a incluir solo una quinta parte de las especies potenciales. Los métodos tradicionales para estimar la biodiversidad, basados en el número de especies presentes, sin tener en cuenta los potenciales, tienden a subestimar el efecto real del impacto humano, señalan los autores.

La red Darkdivnet comenzó en 2018, basada en la idea inicial del profesor Meelis Pärtel, de la Universidad de Tartu y el primer autor del estudio. Desde entonces, se han agregado grupos de investigación de todo el mundo para que muchas regiones del planeta.

Este fue el caso del equipo científico del Jardín Botánico Atlántico en Gijón, formado por los profesores de la Universidad de Oviedo Borja Jiménez Alfaro y Eduardo Fernández Pascual, que eligieron los alrededores de PICOS del Parque Nacional para mostrar las ubicaciones de los estudios centrales. Las obras se extendieron durante cinco años y tuvieron que superar las crisis pandemias y políticas Covid-19 en muchos países de la red.

El grado de impacto humano en cada región se midió del índice de huellas digitales humanas (índice de impronta humana), en función de factores como la densidad de población, cambios en el uso de la construcción de tierras e infraestructura.

Los autores indican que los resultados «son alarmantes, porque muestra que los trastornos humanos tienen un impacto mucho mayor que lo que inicialmente se ha creído, incluso alcanzando espacios protegidos lejos del origen del impacto humano. Contaminación, deforestación, incendios abrumadores o forestales pueden excluir especies de plantas de sus hábitats naturales, evitándolos.

Los investigadores también comentan que «la influencia negativa de la actividad humana fue menos pronunciada cuando al menos un tercio del área de una región se ha mantenido bien conservada, lo que respalda el objetivo global de proteger el 30% de la superficie del planeta».

FUENTE

nuevaprensa.info

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