La justicia argentina procesó a cinco personas por la muerte en octubre en Buenos Aires del cantante británico Liam Payne, ex integrante de la banda One Direction, y ordenó la prisión preventiva de dos de ellos bajo el cargo de suministrarles drogas.
La orden de aprehensión pertenece a Braian Paiz y Ezequiel Pereyra, según el auto emitido por la jueza Laura Bruniar, quien citó a los imputados a comparecer ante el tribunal que ella preside, dijo este lunes a la AP un funcionario judicial conocedor del caso. La investigación no quiso identificarse porque no está autorizado a hablar públicamente sobre el caso.
El procesamiento de los cinco acusados requiere que el juez considere que existen elementos suficientes para creer que han cometido los delitos bajo arresto.
El cantante falleció el 16 de octubre tras caer desde el balcón de su habitación del tercer piso del hotel donde se hospedaba durante tres días en el barrio de Palermo de Buenos Aires, causándole múltiples hematomas y hemorragias internas y externas. Los exámenes toxicológicos revelaron que en su organismo había rastros de alcohol, cocaína y un antidepresivo.
Paiz conoció a Payne trabajando como mesero en un restaurante ubicado en uno de los barrios más lujosos de Buenos Aires, y Pereyra era uno de los empleados del hotel Casa Sur donde murió el artista.
Los otros tres imputados son el empresario estadounidense Roger Nores, que acompañó diariamente a Payne durante su estancia de varios días en la capital argentina, y a quien el juez acusó de homicidio culposo, delito que se produce cuando una persona provoca la muerte de otra por negligencia, imprudencia o incompetencia, sin intención de matar.
La jueza no solicitó su detención, aunque le impuso un embargo económico y le prohibió salir de Argentina. Nores cuenta con un documento de identidad como residente del país sudamericano.
Gilda Martín, la gerente del hotel que estuvo presente el día de la muerte de Payne, y Esteban Grassi, el gerente del hotel, también están acusados de homicidio involuntario.
Payne visitó Buenos Aires para asistir al concierto de su ex compañero de banda Niall Horan el 2 de octubre.
Las pruebas de toxicología revelaron que en los momentos previos a su muerte y durante al menos las últimas 72 horas, Payne tenía «rastros de polialcohol, cocaína y un antidepresivo recetado» en su organismo.
La autopsia determinó que todas las lesiones que sufrió el cantante no fueron autoinfligidas ni compatibles con intervención física de terceros.
Los peritos que lo realizaron señalaron que la víctima no adoptó una postura refleja para protegerse al caer, por lo que se podría inferir que habría caído en estado de inconsciencia semi o total.
Payne se unió a Horan, Zayn Malik, Harry Styles y Louis Tomlinson en una de las ‘boy bands’ más exitosas de los últimos tiempos. One Direction anunció una «pausa» indefinida en 2016, y Payne, como cada uno de sus antiguos compañeros de banda, siguió carreras en solitario.
