El viernes, el jefe del Estado Mayor de Israel, Yossi Fuchs, afirmó que «todavía no ha llegado el momento» de iniciar una investigación sobre los errores de las autoridades en la previsión del 7 de octubre de 2023, en la que Hamás llevó a cabo una serie de ataques que dejaron 1.200 muertos y 240 rehenes.
«Israel está en medio de una guerra feroz y aún no ha llegado el momento de investigar toda la guerra y lo que la precedió», dijo Fuchs en respuesta a la reciente solicitud del fiscal general Gali Baharav Miara de establecer una comisión lo antes posible. «Los tiempos de Israel».
«La cuestión de crear una comisión estatal de investigación es responsabilidad exclusiva del Gobierno de Israel», subrayó en referencia a la petición de Baharav Miara, que la víspera pidió en una carta al primer ministro Benjamín Netanyahu que dejara de bloquear todos los intentos para comenzar con esta tarea.
Netanyahu aún no ha reivindicado responsabilidad alguna por los ataques de Hamas del 7 de octubre, aunque algunas autoridades israelíes ya han comenzado a echar tímidamente parte de la culpa por los acontecimientos del día, que terminaron desencadenando una respuesta sangrienta de la Franja de Gaza.
El primer alto funcionario, y hasta ahora el único, que dimitió por esto fue Aharon Haliva, quien a mediados de abril dejó su puesto como jefe de los servicios de inteligencia del ejército israelí.
Casi al mismo tiempo, el Ejército dijo que su inteligencia había alertado a Netanyahu hasta cuatro veces entre marzo y julio de 2023 de que, en medio de protestas por la reforma judicial, «enemigos de Israel» predecían posibles «daños» a la seguridad del territorio.
Sin embargo, Netanyahu siempre ha negado haber recibido aviso alguno sobre estas supuestas amenazas, pero que los demás informes a los que tuvo acceso ofrecían una «visión completamente opuesta» y que entre las «pocas referencias» a Hamás no se podía concluir que él tenía la intención de atacar a Israel.
