Intensificación de crisis política en Venezuela: llamados a ‘intervención’ y ‘lucha armada’
La crisis postelectoral se intensifica en Venezuela después de que Nicolás Maduro juró su cargo para un nuevo mandato de seis años, en medio de llamados del partido gobernante a prepararse para una «lucha armada» y recomendar «engrasar las armas», mientras que algunos de los opositores aceptar. una rebelión militar y la posibilidad de una intervención extranjera para derrocarla.
La probabilidad de que la situación desemboque en un escenario de «violencia abierta» o guerra civil es «muy baja», y su mera mención es un síntoma de la «desesperación» de algunos actores hacia el status quo político en el país según los expertos consultado por Vocea América.
Maduro, de 62 años y en el poder desde 2013, acaba de jurar como líder a pesar de las afirmaciones de la oposición de fraude e ignorancia por parte de decenas de gobiernos en todo el mundo puso en duda la victoria en las elecciones presidenciales del pasado mes de julio.
Su tercera toma de posesión se produjo en un contexto de nuevas protestas, más represión de la disidencia, junto con huelgas militares y civiles armadas alrededor del Palacio Presidencial e instituciones controladas por el chavismo, como la Asamblea Nacional.
A miles de kilómetros de países como Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Panamá y República Dominicana, su ex rival electoral, el líder opositor Edmundo González reiteró su promesa de regresar al país para jurar como presidente. .
Mientras las fuerzas armadas de Venezuela reiteraron su lealtad a Maduro y desplegaron defensas aéreas, González (reconocido como presidente electo por Estados Unidos y otros países) abandonó su plan, citando razones de seguridad y prometiendo ingresar al país «cuando se presente la oportunidad».
Un día después de la toma de posesión de Maduro, el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez llamó desde Cúcuta a una intervención militar de tropas extranjeras con el apoyo de Naciones Unidas para sacar del poder en Venezuela a «esos tiranos».
La propuesta fue recogida por políticos críticos del chavismo, como el fundador del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, quien dijo en X que la propuesta de Uribe debe ser «considerada seriamente» después de recorrer «todos los caminos».
«No es lo mismo hablar de un escenario de conflicto que de uno de violencia abierta», explicó el politólogo Víctor Maldonado, quien dijo haber observado el enfrentamiento entre un «socialismo cada vez más totalitario» y quienes promueven la democracia liberal.
«Hay una distancia muy marcada entre una situación de conflicto y una situación de violencia», insiste. Maldonado observa, por un lado, un gobierno que «compensa la falta de apoyo popular con el monopolio de la violencia», fenómeno que no es nuevo, señaló.
Por otro lado, ve una oposición que impulsó el cambio político a través del proceso electoral, pero que ahora «quiere subir la apuesta» empezando con llamamientos callejeros, sin mucho éxito en sus llamamientos y con gente poco dispuesta a afrontar la violencia.
«Los llamamientos a una intervención armada por parte de otros países son una expresión de desesperación política. Esta no es la primera vez y nunca ha habido un consenso internacional para actuar. Ahora no debe ser diferente”, comentó para VOA.
Por ahora creo que la situación de conflicto continuará, pero no creo que desemboque en una violencia imaginaria, una especie de guerra civil, porque la población venezolana está desarmada», señala Maldonado, insistiendo en que el estado de ánimo social de la La ciudadanía está actualmente marcada por la frustración y la necesidad de «supervivencia personal».
«No es ni factible ni deseable»
En su mensaje anual a la nación, Maduro volvió a denunciar que sus opositores planean «conducir a Venezuela hacia escenarios de desestabilización, violencia y caos», pidiendo a las fuerzas de seguridad «no bajar la guardia» ante las amenazas de intervención militar extranjera respaldadas por Uribe y López.
«Engrasemos las armas», declaró, anunciando que su gobierno había detenido a más de 150 extranjeros presuntamente implicados en complots violentos contra él.
Benigno Alarcón Daza, politólogo y director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, descarta un escenario de intervención extranjera en Venezuela, como propone Uribe.
«Me resulta muy difícil ver un escenario de intervención extranjera. «No es ni factible ni deseable», afirmó el politólogo Voz de América en Caracas.
Esa idea, afirma, sólo sirve para «alimentar el locus de control externo» en los venezolanos, ya que la ciencia psicológica identifica la creencia de que fuerzas externas o factores fuera del control de las personas tienen un impacto en sus vidas.
«Con ese discurso sólo contribuimos a la falsa expectativa de que alguien más resolverá mi problema, la gente se sienta y espera. Es un tema donde los venezolanos tenemos la última palabra», sin menospreciar el papel «muy importante» de la comunidad internacional, afirma.
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Más que escenarios de conflicto, la oposición enfrenta tareas de organizar el descontento popular, sortear la «represión sistemática» contra él y ampliar su coalición política, según el politólogo Guillermo Tell Aveledo.
El profesor universitario advierte de la posibilidad de que una estrategia de represión y exclusión del chavismo gobernante «fomente el surgimiento de actores más radicales».
«Esto podría alimentar un ciclo histórico de derrota, moderación, reacción y radicalización, propio del actual sistema político, con resultados decrecientes pero con mayor violencia», analiza Tell Aveledo en una entrevista. VOA.
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