Floridura total en 2025 con este paso.

Floridura total en 2025 con este paso.

Aunque la lavanda es una de las plantas más fáciles de cultivar y cuidar, aún se requieren ciertas tareas de jardinería para que florezca como nunca antes. Es un trabajo que debe realizarse ahora que se acerca el otoño.

La lavanda, una planta de verano que se puede mimar en otoño, es reconocida por sus flores moradas y fragantes que adornan los paisajes en verano. Florece profusamente durante toda la temporada estival, desde junio hasta finales de agosto. Para disfrutar de este espectáculo floral, es necesario prepararla con anticipación, lo que implica trabajo esencial sobre su tamaño en otoño.

La poda de lavanda es necesaria en muchos sentidos, ya que permite que la base de la planta se mantenga sana y compacta, dándole la forma de un bonito montículo. Si no se poda, el arbusto crecerá sin control después de la floración, lo que debilitará la base y pondrá en peligro la planta. Por lo tanto, es importante podarla en otoño para mantener su salud y forma.

La poda de lavanda en otoño es fundamental para prevenir un crecimiento excesivo y favorecer la floración en el próximo año. Además, permite que los nuevos brotes se establezcan antes de las primeras heladas, lo que limita los daños por frío. Es importante realizar la poda al menos seis semanas antes de la primera helada, entre finales de septiembre y mediados de octubre, para proteger la planta del frío.

Para podar correctamente la lavanda en otoño, es necesario cortar los tallos de las flores secas y acortar las ramas en un tercio de su longitud. Utiliza tijeras afiladas y guantes de jardinería, y evita cortar la madera vieja. Darle una forma redondeada a la lavanda ayudará a resistir el clima invernal y promover un crecimiento armonioso en primavera, preparándola para florecer adecuadamente en verano.

FUENTE

nuevaprensa.info

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