Federauto anticipa revisión y coincide con Urso.
La propuesta del Ministro Adolfo Urso de anticipar al 2025 la cláusula de revisión del reglamento europeo que prevé la paralización de la venta de coches ICE a partir de 2035, inicialmente prevista para 2026, recibió el importante dictamen de Federauto, asociación que representa a los concesionarios de automóviles italianos, según la cual el anuncio de Urso es «oportuno y apropiado» a la luz del despegue perdido de las ventas de vehículos eléctricos y noticias como el posible cierre de dos fábricas de Volkswagen en Alemania o el adiós de Volvo a los vehículos eléctricos de aquí a 2030, que demuestran el delicado momento del proceso de transición ecológica.
La legislación que prohíbe la venta de vehículos endotérmicos nuevos a partir de 2035 contiene la denominada «cláusula de revisión» en 2026 para ingresar cualquier cosa cambiar a ajuste a una regulación basada en los avances tecnológicos. Todos los que están en contra del stop 2035, o al menos escépticos, miran precisamente la cláusula de revisión para Revisar los objetivos del Pacto Verde. Pero para Urso, 2026 está demasiado lejos: según el ministro, si queremos evitar el colapso de la industria automovilística europea no podemos esperar dos años más, sino que debemos intervenir inmediatamente. La intención del Ministro de Empresa y Made in Italy es, por tanto, anticiparse a los tiempos, proponiendo a los demás países de la UE organizar la revisión del calendario ya en el primer semestre de 2025. La primera oportunidad útil para presentar la propuesta será la cumbre convocada el 25 de septiembre en Bruselas por la Presidencia húngara, seguida al día siguiente por el Consejo de Competitividad.
Como mencioné, la iniciativa del Ministro Urso fue valorada por la Federauto, que a través de su presidente Massimo Artusi la definió como oportuna y oportuna. «El mercado ya ha dejado claro que no le gustan los vehículos que cuestan el doble que los tradicionales, incluso pese a importantes incentivos,» explicó Artusi. «Todo esto convence a los fabricantes, que hasta ahora han podido utilizar la «válvula de seguridad» de los distribuidores, y no sólo los italianos, ahora llenos de stock sin vender, para tomar decisiones de amor para hacer frente al riesgo de colapso de la industria automovilística europea. Lo que resulta especialmente preocupante es que el primero en estrellarse sería redes de ventas que además garantiza el buen funcionamiento del vehículo circulante, los concesionarios, con sus 175.000 empleados directos y después de todas las actividades relacionadas.
Por lo tanto, es obvio, continuó Artusi, que adelantar la verificación un año programado para 2026 «colocaría a los fabricantes y, en consecuencia, a la cadena de distribución en la posición de reprogramar mejor las inversiones por la transición verde». Federauto también espera que se alcance una revisión significativa de los tiempos y métodos de su realización el objetivo de descarbonización del sector de la automoción, para hacerlos realmente eficientes medioambientalmente: «Esta revisión debería promover concretamente ese mix de combustibles que, siguiendo la tracción eléctrica verdaderamente ecológica en todas sus fases de vida, abra también las puertas a los biocombustibles (especialmente HVO y biometano, ya ampliamente disponibles hoy en día), permitiendo al mercado elegir, en nombre de pluralidad tecnológica para desarrollar soluciones carbono neutro capaz de contribuir de forma sostenible, teniendo en cuenta todos los presupuestos y necesidades, al objetivo de La reducción real del cambio climático que todos compartimos.»
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