El sol tardó mucho en salir sobre las montañas de la Cordillera de los Andes este viernes en la celebración del Año Nuevo Andino, una fiesta tradicional boliviana que se remonta a los antiguos pueblos prehispánicos y que se celebra coincidiendo con el solsticio de invierno. , el regreso del sol.
Al amanecer, miles de creyentes se reúnen en cerros y sierras para recibir con las palmas abiertas los primeros rayos del sol que, según las creencias andinas, vienen cargados de nueva energía. Para los pueblos antiguos y sus descendientes, la fecha marca el inicio del nuevo calendario agrícola que en los últimos años se ha visto alterado por los efectos del cambio climático.
En los últimos años, la celebración ha ganado relevancia debido a la promoción del turismo, contando con más de un centenar de puntos de reunión en todo el país, incluso en las regiones orientales. La fecha se convirtió en feriado nacional.
La festividad también se llama Willka Kuti, que significa el regreso del sol en aimara.
En el pueblo aymara de Huarina, 60 kilómetros al oeste de La Paz, autoridades y pobladores nativos vestidos para la ocasión subieron a Turturrini, un cerro sagrado que domina el Titicaca, el lago más grande de los Andes, para celebrar con ofrendas a la Pachamama (Madre Tierra) y pedir para buenas cosechas y salud.