España necesita recaudar 45.000 millones para igualar brecha fiscal con Europa.

España necesita recaudar 45.000 millones para igualar brecha fiscal con Europa.
Reducir la brecha de presión fiscal entre España y el resto de Europa fue uno de los principales compromisos de Pedro Sánchez cuando asumió como presidente del Gobierno y ahora vicepresidente primero y ministro de Hacienda desde las primeras etapas del ejecutivo socialista, María Jesús. Montero, se marcó como uno de los principales retos.
Sin embargo, y pese a que la recaudación tributaria se encuentra en niveles históricos, acercándose a los 300.000 millones de euros, este indicador, que representa la relación entre los ingresos fiscales y las cotizaciones sociales sobre el producto interior bruto (PIB), ha encadenado dos años de descensos. El máximo se alcanzó en 2021, situándose en el 38,1%, pero el último dato de 2023, tras revisar el crecimiento económico, sitúa el indicador en el 37%.
Este 37% supone estar a tres puntos porcentuales de la media de la Unión Europea (40%) y seis décimas más que la de la Eurozona (40,6%). De las cuatro principales economías del euro, España es la más rezagada en este indicador: Francia lidera con un 45,6%, le sigue Italia con un 41,7% y Alemania está con un 40%.
¿Qué significan estos tres puntos de diferencia? Reducir el déficit fiscal supondría una recaudación «extra» de 45.000 millones de euros, dejando un ingreso total para el Estado de 600.000 millones de euros, entre impuestos y cotizaciones sociales.
Al tratarse de una ratio de renta sobre PIB total, el hecho de que la economía española haya crecido a un ritmo superior a los ingresos del Estado ha producido esta disminución de la presión fiscal en los últimos años. El pico de 2021 estuvo ligado al impacto de la pandemia, que redujo el tamaño del tejido productivo español, mientras los ingresos se mantenían.
En ese año, los ingresos del Estado superaron los 471.000 millones y, en dos años, hasta 2023, la cifra ascendió a casi 555.000 millones de euros.
El gobierno de Pedro Sánchez se ha comprometido varias veces con la Unión Europea a reducir ese desfase en recaudación, convergiendo en presión fiscal con el resto de los veintisiete. La principal «promesa» la hizo el Plan de Recuperación: «La consecución de los principios antes mencionados se logrará prestando la debida atención a la necesidad de garantizar el equilibrio adecuado entre la consolidación a medio plazo de las finanzas públicas y la promoción del crecimiento económico. Esto pasa necesariamente por acercar los niveles impositivos de España a la media de los países de nuestro entorno, garantizando así la sostenibilidad a medio plazo del Estado de bienestar.
Pero la última modificación de los documentos europeos, según informa ECONOMÍA DIGITAL, redujo la ambición de la principal herramienta para converger en materia fiscal con el resto de Europa: la reforma fiscal.
La etapa asociada a la obtención de fondos europeos tenía como objetivo inicial la convergencia con el resto de Europa. Pero los nuevos documentos, tras el paquete fiscal del Gobierno, se conforman con un «aumento permanente de la recaudación de al menos 0,3 puntos porcentuales del PIB».
Como se puede ver en el mapa encima de estas filas, la presión fiscal en los veintisiete, más allá de los promedios, varía entre el 45,6% del PIB de Francia (1,2 billones de euros en ingresos fiscales) y el 22,7% de Irlanda (116 mil millones). Comparada con los mayores coleccionistas (entre los que se incluyen los países nórdicos) y los más pequeños (Oriente, Rumanía y Bulgaria), España se sitúa en el medio, con cifras similares a Portugal (37,6%), Polonia (36%), Eslovaquia (35,5% ) o Hungría (35,1%).

FUENTE

nuevaprensa.info

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