España apuesta por la economía circular del plástico.
Este llamado conforme a la Estrategia Europea para el plástico y la economía circular, y la estrategia española de economía circular, tiene como objetivo prevenir el uso de materiales, reducir la presencia de aditivos con sustancias contaminantes, evitar la liberación involuntaria de microplásticos, promover el reciclaje y la valorización de material de desecho, y promover modelos circulares, bajo los parámetros de diseño ecológico y coordinación de esfuerzos.
Además, la convocatoria incluye la compra de herramientas digitales con el objetivo, por ejemplo, de incorporar marcas de agua para ciclos cerrados de tereftalato de polietileno (PET) de calidad alimentaria, utilizar visión artificial para separar siliconas, o apoyar tecnologías de bucle cerrado y control de inventarios para fomentar la reutilización y la logística inversa.
Promover la sostenibilidad y circularidad de los procesos industriales y empresariales del plástico.
Finalmente, el propósito de esta ayuda es promover la sostenibilidad y la circularidad de los procesos industriales y empresariales del plástico, mejorar la competitividad y la innovación, dentro de una economía circular, que vaya más allá del modelo anterior de producción lineal.
El plazo de presentación de solicitudes se ampliará hasta el 23 de septiembre. Acciones que reduzcan el consumo de materias primas vírgenes, reduzcan la generación de desperdicios y/o mejoren la gestión de residuos en una de las siguientes categorías: investigación y desarrollo, digitalización para innovar en términos de procesos y organización, aumentando el nivel de protección ambiental de la entidad beneficiaria que recibe la ayuda y mejorando la gestión de desperdicios provenientes de terceros.
Se espera que el recurso se resuelva en el primer trimestre de 2025. Los proyectos seleccionados deberán finalizarse a más tardar el 30 de octubre de 2027.
Circular España 2030
El La Estrategia Española de Economía Circular (EEEC), Circular España 2030, aprobado en junio de 2020, sienta las bases para la promoción del nuevo modelo de producción y consumo, en el que el valor de los productos, materiales y recursos se mantenga en la economía el mayor tiempo posible, en el que se minimice la extracción de recursos y la generación de residuos y los que no se utilicen se aprovechen en la mayor medida posible.
El Plan estratégico para la recuperación, transformación y resiliencia en la economía circular (PERTE), aprobado en marzo de 2022 mediante acuerdo del Consejo de Ministros, identifica el sector el plástico como prioritario y estratégico por ser un material muy utilizado que sirve para un gran número de aplicaciones como embalaje, dispositivos eléctricos y electrónicos, juguetes, transporte o productos de construcción, por citar algunas.
El bajo coste de producción de este material y sus cualidades han incrementado su uso, favoreciendo la sustitución de otros materiales como el cemento, metales, papel, madera o vidrio, debido, por un lado, a su versatilidad y baja densidad, y por el otro, por sus propiedades mecánicas y su resistencia a la degradación biológica, química y física.
En todo caso, el abandono de materiales plásticos en la naturaleza, el bajo índice de reciclaje o la fuga de microplásticos han supuesto un alto impacto en el medio ambiente, especialmente en el medio marino. No en vano, cada año entre el 1,5% y el 4% de la producción mundial de plástico termina en los océanos, y la contaminación marina por plástico se ha multiplicado por diez desde 1980, y ahora representa más del 80% de la basura marina. El coste para el sector pesquero de la UE se estima en alrededor del 1% de los ingresos totales, y la contaminación plástica ya afecta al 86% de las tortugas marinas, el 44% de las aves marinas y el 43% de los mamíferos marinos, según los datos de IPBES.
La industria química debe impulsar la circularidad del plástico
El sector del plástico en España tiene gran importancia, prueba de ello es la facturación del subsector productivo de materiales plásticos en formas primarias que representan poco más del 17% del total de la industria química. En una economía circular donde se debe priorizar el uso de materias primas secundarias, la penetración de estas materias no se consolida a un ritmo constante y se ve limitada por un mercado fragmentado, ajeno al comportamiento de los precios de las materias primas vírgenes.
A estos se suman los costes de recogida, tratamiento y gestión de materiales plásticos, la baja disponibilidad de polímeros y materiales reciclados, y la falta de tecnologías disponibles para recuperar determinados polímeros, aditivos o productos multicapa. Por otro lado, el pequeño tamaño de la mayoría de las empresas dificulta la innovación, la capacidad de adaptar la producción a los nuevos modelos circulares, así como la profesionalización de la gestión.
De este modo, es necesario el apoyo público para fomentar la transformación del sector hacia un modelo sostenible, con especial énfasis en reducir la generación de desperdicios y aumentar las tasas de reciclaje.