ENCUENTRO INFORMATIVO ‘GENERACIÓN DE OPORTUNIDADES’ ORGANIZADO POR EUROPA PRESS Buenos días, agradezco la invitación. Es un placer estar aquí y poder hablar de oportunidades en un día especialmente indicado para resaltar esta palabra. Aunque me han pedido que sea extenso en mis palabras, intentaré transmitir mensajes claros en la medida de lo posible. En el año 2025, la palabra clave es la incertidumbre, especialmente debido a los aranceles. A pesar de convivir con altos niveles de incertidumbre en los últimos años, los eventos recientes han cuestionado pilares que considerábamos sólidos, como el multilateralismo, el libre comercio y la cooperación internacional. En este contexto de incertidumbre, quiero transmitir un mensaje de confianza y optimismo. Se abren oportunidades para España y Europa para superar los desafíos y fortalecer su liderazgo a nivel internacional. Contamos con fortalezas como infraestructuras digitales, energéticas, físicas, idioma, posición geoestratégica y relaciones con América Latina y África. España está liderando el crecimiento en la zona euro, con tasas robustas y se espera que siga liderando en los próximos años. Esto demuestra nuestra capacidad de aprovechar las oportunidades y crecer de manera equilibrada, sostenible y justa. Además, estamos logrando un crecimiento sin sacrificar la productividad. Nuestro mercado laboral marca máximos de afiliación y mínimos de desempleo, con incrementos salariales continuados. Este buen desempeño es uno de los pilares de nuestro modelo de crecimiento. Encuentro informativo ‘Generación de Oportunidades’ organizado por Europa Press. Compatible con una mejor calidad del empleo, reducción de la temporalidad, más estabilidad, que permite a los ciudadanos tomar decisiones de medio plazo, como la compra de una casa o un vehículo. El Banco de España destaca los beneficios de la reforma laboral con la reducción de la temporalidad para este tipo de decisiones y a nivel macro para el consumo o la inversión. Se destaca la creación de empleo y afiliaciones en los últimos 12 meses, manteniéndose en torno al medio millón mensualmente. La productividad está creciendo junto con el empleo, lo que sienta las bases para un crecimiento sostenido. La evolución positiva de los salarios, apoyada en medidas valientes como la subida del salario mínimo interprofesional, y la reducción progresiva de la inflación, contribuyen a mejorar el poder adquisitivo de los ciudadanos. España se encuentra entre los países europeos donde más se está recuperando la capacidad de compra de los ciudadanos. El sector exterior se ha convertido en un vector de competitividad extraordinario para España, con capacidad de financiación frente al exterior récord. Las exportaciones de servicios no turísticos, de mayor valor añadido, superan a las exportaciones de servicios turísticos, lo que evidencia la modernización de la actividad económica y la sostenibilidad del crecimiento. España ha sido el quinto país del mundo con mayor número de nuevos proyectos de inversión entre 2018 y 2024, destacándose en energías renovables y en inversión en ámbito digital o de inteligencia artificial. La apuesta por las energías limpias está siendo un factor clave de competitividad. La producción de electricidad a través de renovables ha reducido el costo de la electricidad en el mercado mayorista en un 40% en los últimos seis años, lo que evidencia la competitividad de las energías renovables. ENCUENTRO INFORMATIVO ‘GENERACIÓN DE OPORTUNIDADES’ ORGANIZADO POR EUROPA PRESS Y todo ello, y esta es la cuarta dimensión de ese equilibrio, hemos hablado del mercado laboral robusto con creación de empleo de calidad, hemos hablado de la moderación de los precios que permite aumentar la capacidad de compra de los agentes, hemos hablado también de este sector exterior competitivo, pero también todo esto se cierra con una visión responsable, con una evolución de las cuentas públicas controlada, con una reducción, hagámonos una idea, desde el pico que tuvimos en materia de deuda pública que se dio a inicios del 2021, por supuesto, como consecuencia de la respuesta al COVID, de la protección de nuestras empresas y nuestros trabajadores. Desde ese pico, ha bajado la deuda pública en más de 22 puntos de PIB, básicamente volviendo al 100%, es decir, recuperando el espacio que utilizamos para responder a la pandemia. De nuevo, un elemento esencial también de responsabilidad hacia adelante. En términos de déficit, hemos tenido apenas la semana pasada también buenas noticias, con esa superación del objetivo que teníamos, que era del 3% para el 2024, llegando, alcanzando el 2,8%. De nuevo, es una señal importantísima hacia afuera de cómo se están haciendo las cosas y de la importancia de esta visión de crecer, de crecer y repartir ese crecimiento de manera justa y hacerlo también con un punto de responsabilidad fiscal que asegure que este crecimiento es sostenible hacia adelante. No quiere decir ello, el que vayamos consiguiendo estas cifras, que desde luego son la envidia de muchos de nuestros pares, no quiere decir que no existan, que no mantengamos retos y ambición por delante para seguir avanzando. De hecho, tenemos retos enormes y conquistas todavía por delante en esta legislatura, algunas de ellas, y miro aquí, por supuesto, a nuestra ministra de Vivienda, que tienen que ver con garantizar el acceso a una vivienda en condiciones asequibles, en particular para nuestros jóvenes, donde el Gobierno está poniendo todos los esfuerzos necesarios como tarea prioritaria que es liderado, por supuesto, por nuestra ministra de Vivienda y con ya algunos avances, algunos pasos importantes sobre la mesa. Además de este enorme reto, por supuesto, el seguir consiguiendo que las cifras macro lleguen al día a día de los ciudadanos con esas mejoras progresivas de los salarios y conseguir que nuestra economía, efectivamente, sea cada vez más productiva, levantar el crecimiento potencial hacia futuro, porque esta es la mejor manera de conseguir también que nuestras cuentas, al fin y al cabo, sean sostenibles y que podamos mantener este Estado del bienestar que tanta falta nos hace. Y engancho ya con la parte europea, porque estos buenos resultados, este modelo de crecimiento virtuoso que tenemos por equilibrado y sostenible, no podría explicarse sin el Plan de Recuperación. Es decir, sin la vertiente europea que ha venido a ayudarnos a cerrar el círculo de nuestro modelo de crecimiento. Ha sido motor de inversiones, hablábamos justo ahora de la importancia de las inversiones, y también de reformas estructurales importantes que se diagnosticaron eran necesarias en nuestro país, entre ellas, por ejemplo, la reforma laboral. Estamos modernizando, gracias al Plan de Recuperación, nuestro tejido productivo. De hecho, hay muchas señales ya sobre la mesa. Si miramos en qué sectores está creciendo más la afiliación, está creciendo más en los sectores de mayor valor añadido, sectores como actividades científicas, I+D, ahí es donde se está concentrando la creación de empleo. Por supuesto, tirado por esa enorme inversión que estamos haciendo, gracias también al Plan de Recuperación y a la colaboración público-privada, a ser capaces de apalancar inversión privada en los ámbitos que son el foco del Plan de Recuperación, no solo en el ámbito renovable, sino también, en esencia, el ámbito de la digitalización y de la renovación de nuestra productividad. Y este Plan de Recuperación, y hago el enganche aquí con la vertiente europea, es, sin duda, el mejor testimonio que hemos tenido de la solidaridad, de la unidad y de la determinación de la respuesta europea en situaciones de crisis, como lo fue, por supuesto, el COVID, de nuestra capacidad de reinventarnos, de nuestra capacidad de salir reforzados de estos enormes retos. Y, desde luego, esta reflexión, que era válida en el COVID, no puede ser más oportuna hoy día, donde es un momento para volver a poner sobre la mesa estos enormes valores, estos importantes valores europeos. Citaba el propio presidente del Gobierno, en su comparecencia la semana pasada, el miércoles pasado, a Jacques Delors, diciendo que Europa es una construcción que se está reinventando de manera continua y que lo hace, además, normalmente en las situaciones de crisis. Pues bien, es el momento de hacerlo, es el momento, precisamente, de hacerlo, pero reforzando nuestras señas de identidad, los valores del proyecto conjunto que tenemos como europeos. Entre ellos, nuestra visión abierta o multilateral, nuestra visión también sostenible de crecimiento de nuestra economía y nuestra visión social, nuestro Estado del bienestar. Estos son tres de los pilares que tenemos que seguir manteniendo. Y, además, cito estos tres porque, curiosamente, parecen estar en entredicho, los tres, en estas últimas semanas, en estos últimos meses. Y creo firmemente que tenemos que protegerlos como algo irrenunciable en el futuro y en el éxito de la Unión Europea. Y déjenme crear unas pinceladas muy pequeñas con respecto a cada uno de estos tres. En primer lugar, el carácter abierto y multilateral de la Unión Europea, que es, sin duda, uno de los elementos que ha contribuido al éxito de nuestro modelo y al éxito de nuestro proyecto conjunto. El libre comercio ha sido uno de los pilares de crecimiento de la Unión y dentro del libre comercio, por supuesto, el desarrollo de la relación comercial, económica, financiera con nuestro principal aliado, con nuestro principal socio, como son los Estados Unidos. Esta relación transatlántica ha sido clave para el crecimiento de ambos lados del Atlántico. Es la relación comercial y de inversiones más importante, más grande del mundo. De hecho, el intercambio diario de bienes y servicios entre ambos lados, entre los Estados Unidos y la Unión Europea, alcanza los 4.400 millones de euros. Encuentro informativo ‘Generación de Oportunidades’ organizado por Europa Press Este es el nivel de intercambio diario de bienes y servicios. Si miramos, además, el caso bilateral de España y Estados Unidos, el mensaje se mantiene. Es una relación estratégica a defender. Este comercio bilateral se ha más que duplicado en los últimos diez años, con una inversión extranjera entre ambas partes bilateral de unos 100.000 millones de euros en cada una de las direcciones. Este es el tamaño de lo que tenemos que proteger y, por lo tanto, de ahí la importancia de reforzar este vínculo. Es por eso que, desde la Unión Europea, desde luego desde España, lo que se está manteniendo desde el principio es una actitud constructiva que proteja precisamente esta relación y que evite una escalada de medidas proteccionistas. Este tiene que ser siempre el primer objetivo porque son medidas que no benefician a nadie. Dicho esto, sin embargo, y más en un día como hoy, Europa no va a ser ingenua, España tampoco lo será. Tenemos que protegernos si es que se dan las condiciones, si es que existen o se ponen sobre la mesa medidas injustas e injustificadas frente a las cuales Europa, por supuesto, tenga que dar un paso. Estamos preparados y tenemos las herramientas necesarias para responder de manera decidida, de manera unida y, por supuesto, también de manera proporcionada. Vamos a defender los intereses de nuestras empresas, de nuestros ciudadanos, de nuestros trabajadores y lo haremos también acompañando a los sectores que puedan verse afectados. Pero no tenemos que resignarnos a esta agenda defensiva, podremos llamarla. Europa tiene que seguir avanzando en los deberes de nuestra agenda propia, que tiene desde luego dos dimensiones importantísimas. La de avanzar en la integración del mercado interior, en reducir barreras, en simplificar también, y hablaré un poco más de esto ahora mismo, y en avanzar también en reforzar las alianzas con socios estratégicos. Y aquí me gustaría señalizar o particularizar la relación con Mercosur. Es importantísimo que Europa, la Unión Europea, ratifique el tratado, el acuerdo con Mercosur en los próximos meses porque, en concreto para España, va a ser una manera fundamental, adicional, no sólo de avanzar en las relaciones en materia de seguridad estratégica o de autonomía también para los países europeos, sino de reforzar lazos comerciales que nos permitan reducir riesgos, diversificar y, por lo tanto, reducir el posible impacto de medidas proteccionistas que puedan imponerse. Hay una enorme oportunidad, desde luego, para la Unión y para España aquí, de seguir demostrando que somos y seguiremos siendo un socio fiable y, por lo tanto, confiable. El segundo pilar, más allá del multilateralismo, es, por supuesto, la apuesta por una economía sostenible. La Comisión Europea confirmaba este compromiso a través del Clean Industrial Deal que se presentó hace apenas unas semanas, unos meses, que recoge ese objetivo de reducción de emisiones en un 90% de aquí a 2040. Esta estrategia tiene, además, que servir, como decía anteriormente, para ir poco a poco aprovechando la escala de estos 450 millones de consumidores que supone nuestro mercado único, desarrollando infraestructuras comunes: infraestructuras comunes de gas, hidrógeno, electricidad. Garantizando, por lo tanto, el transporte, garantizando la distribución eficiente en el futuro. Y este, desde luego, es un elemento importante para la sostenibilidad, pero también una apuesta clave en materia de seguridad. Esperamos grandes inversiones en este área, por supuesto, en los próximos años, igual que se están produciendo ya, también, entre otras cosas, para contar con la generación suficiente para alimentar las inversiones en tecnología, en capacidad de procesamiento que vamos a tener a lo largo de los próximos años. No solo es un elemento clave para la seguridad, sino también para la competitividad. Y todo ello va a venir de la mano, porque no son elementos excluyentes, de una agenda ambiciosa de simplificación administrativa. Tenemos que intentar evitar contraponer el objetivo verde al objetivo de competitividad o de simplificación administrativa. Vamos a ser capaces de combinar una ambición en materia de actuación climática con la reducción de los costes para nuestras empresas y, por lo tanto, sin renunciar a la ambición en materia de hacer que nuestra operativa, que nuestras empresas sean cada vez más productivas. El tercer punto, que para mí es, yo creo que ahora mismo, probablemente a corto plazo, también el más importante, es el reforzar la apuesta por el Estado del bienestar de la Unión Europea y por la perspectiva social como factor definitorio del proyecto europeo. Es importante, además, recordar este elemento en un momento en el que la desafección con las instituciones está siendo cada vez más evidente a nivel internacional y también cuando parecen cuestionarse cada vez más políticas que han supuesto avances enormes y que han permitido reducir la desigualdad en los últimos años. Políticas en el ámbito social pero, por supuesto, también políticas de diversidad o igualdad de género que están suponiendo no solo un avance en materia de igualdad de derechos tan necesario en países como los países de la Unión Europea, pero además, de nuevo, un vector de competitividad, como ya vimos también en todos los análisis que resaltamos el día 8M, pero que conviene o que merece la pena recordar día a día porque el avanzar en la utilización del factor productivo femenino, es decir, ese capital humano que tenemos infra-aprovechado, infrautilizado, supone mejoras también en materia de resultados para las propias empresas. Krugman avanzaba hace apenas unas semanas en su artículo de despedida en el mes de diciembre en el New York Times, titulado “Encontrando la esperanza en una era de resentimiento», como es nuestra obligación o sigue siendo nuestra obligación el devolver la esperanza y la confianza a los ciudadanos, esperanza y confianza en las instituciones como elemento fundamental, como ancla en este momento de enorme incertidumbre. Esta reinvención constante de la que hablaba Delors y que tiene que llevarnos a partir de ahora a renovar el contrato social, es la clave para que las medidas y los avances que necesitamos en los próximos años se consigan hacer sin generar desafección y reforzando la sostenibilidad de nuestro modelo económico y social. Encuentro informativo sobre oportunidades organizado por Europa Press.
Porque es verdad que oportunidades es una palabra excelente, pero quizá no es la palabra de este año, del año 2025. Estamos en un año en el cual, desde luego, una de las palabras clave está siendo la incertidumbre, por supuesto por el permiso de los aranceles.
Y aunque es cierto que llevamos unos años conviviendo en un nivel más alto estructuralmente de incertidumbre, acostumbrándonos a vivir con grandes cambios, porque esa es la realidad, sobre todo desde el COVID, donde además la geopolítica en estos meses, en estos años, está volviendo a ser una parte fundamental, vuelve al primer plano incluso de la realidad de la actualidad económica. Pero no es menos cierto que los acontecimientos de las últimas semanas, de los últimos meses, se están sucediendo con un punto adicional de velocidad.
Y además están poniendo en duda algunos de los pilares que considerábamos hasta hace poco, hasta hace casi nada como inamovibles, como indiscutibles, como el multilateralismo, el libre comercio, o también la importancia de la cooperación internacional.
Y en este contexto de enorme incertidumbre con respecto al futuro, incluso con respecto al futuro muy próximo, como sabemos hoy mismo, quiero dar un mensaje de confianza y optimismo. Este es, si tuviera que resumir en dos palabras, mi mensaje de hoy.
Se abre un momento de oportunidades. Es un momento en el cual España y Europa cuentan con enormes fortalezas para superar estos retos que tenemos por delante y convertirlos en oportunidades. Tenemos que aprovechar esta ventana de oportunidad que se abre y reforzar nuestro rol y nuestro liderazgo a nivel internacional. Este tiene que ser el momento de Europa y también tiene que ser el momento de España dentro de Europa.
Y déjenme que detalle algunas de estas fortalezas, de estos activos de los que disponemos tanto a nivel europeo como desde España, para que vean en qué fundamento, en qué vaso, este mensaje de confianza y de optimismo.
Y voy a empezar, como no puede ser de otra manera, por España. Decías tú, Alejandro [Beltrán, presidente de McKinsey], yo creo que es un buen punto, señalabas algunos de esos activos que tenemos de base, como nuestras infraestructuras digitales, por supuesto energéticas, infraestructuras físicas, que suponen una ventaja comparativa esencial. Tenemos además nuestro elemento del idioma, social, cultural, nuestra calidad de vida, la cualificación de nuestros trabajadores, una posición geoestratégica envidiable, una relación de puente entre Europa y América Latina, Europa y África.
Tenemos en definitiva todas las condiciones necesarias para ser, como decía, un líder a nivel internacional o dentro de Europa y aprovechar las oportunidades.
Pero si pudiera resumir en qué se está traduciendo el uso, diríamos, de estas ventajas, de estos activos, o en qué están evidenciándose estas capacidades, estas fortalezas de España, sería en nuestro modelo de crecimiento. En el éxito de un modelo de crecimiento que está siendo equilibrado y, por lo tanto, sostenible y, además, justo y responsable, que es para mí esa fuente de resiliencia que es aún más importante en el contexto actual.
De hecho, y a pesar de todas las incertidumbres que hay ahora mismo, España está siendo la economía que está tirando de la zona euro, con unas tasas de crecimiento robustas. Estamos con un crecimiento confirmado hace poco por el Instituto Nacional de Estadística del 3,2 en 2024, cuatro veces por encima de nuestros socios de la zona euro, siendo el 50% del crecimiento de la zona euro en este 2024, pese a suponer apenas el 10% del tamaño de la zona euro. Esto da, yo creo que una imagen en términos relativos de lo que supone España como tracción, como elemento de tracción, como motor de crecimiento en la zona euro.
Pero, además, y esto es la noticia incluso, yo diría, más importante, es que se prevé que sigamos liderando el crecimiento hacia adelante. Y esto es, desde luego, ahora mismo el elemento esencial cuando queremos mirar con optimismo al futuro. España, según todos los servicios de estudios, liderará el crecimiento en este 2025 y también en el 2026, no sólo entre las grandes economías de la zona euro, sino entre las grandes economías avanzadas del mundo. Esto es motivo de orgullo, pero también de confianza con respecto a, como decía, esa capacidad de aprovechar las oportunidades que vienen por delante.
Porque no sólo se trata de esta cifra de cuánto estamos creciendo, sino de cómo lo estamos haciendo, que para mí es incluso aún más relevante. Porque, a diferencia de ciclos de crecimiento anteriores, estamos consiguiendo crecer, y que esto no sea a costa de la productividad, y daré ahora algunas cifras, estamos consiguiendo, además, combinar elementos que no se habían dado de manera conjunta en épocas de crecimiento anteriores, y este es el punto de equilibrio que quiero pasar a comentar con, esencialmente, cuatro dimensiones, que serán la dimensión de precios, de mercado laboral, de sector exterior y de cuentas públicas.
Pero quiero empezar por el mercado laboral. Tenemos hoy nuestras cifras de afiliación, que ya ha contado, ha presentado nuestra ministra de Seguridad Social, Elma, que marca máximos nuestro mercado laboral. Sigue mes a mes marcando máximos de afiliación, con casi 21 millones y medio en términos desestacionalizados, y con una cifra de paro, además, mínima desde antes de la crisis financiera. Esto, además, en un contexto de subida continuada de los salarios.
Este buen desempeño del mercado laboral, sin duda, es uno de los pilares sobre los que se está basando nuestra resistencia, nuestro modelo de crecimiento.
La reforma laboral ha permitido una mejor calidad del empleo, reduciendo la temporalidad y brindando más estabilidad, lo que facilita a los ciudadanos tomar decisiones a medio plazo, como la compra de una casa o un vehículo. El Banco de España destaca los beneficios de esta reducción de la temporalidad en las decisiones de consumo e inversión a nivel macroeconómico.
Además, la creación de empleo se mantiene constante en torno al medio millón de afiliaciones en los últimos 12 meses, lo que refleja el impulso y la fortaleza del crecimiento económico. A diferencia del pasado, el crecimiento del empleo ahora se acompaña de un aumento en la productividad, lo que sienta las bases para un crecimiento sostenido.
El aumento de los salarios, apoyado en medidas como la subida del salario mínimo interprofesional, ha contribuido a mejorar el poder adquisitivo de los ciudadanos, junto con la reducción progresiva de la inflación. España se encuentra entre los países europeos que más están recuperando la capacidad de compra de sus ciudadanos.
En cuanto al sector exterior, España ha logrado una capacidad de financiación récord frente al exterior, gracias a un superávit por cuenta corriente del 4% del PIB en 2024. Las exportaciones de servicios no turísticos han superado a las exportaciones turísticas, lo que indica una modernización de la actividad económica y una mayor resistencia y sostenibilidad en el crecimiento.
España ha sido el quinto país del mundo en nuevos proyectos de inversión extranjera directa, lo que demuestra su competitividad. Destaca especialmente en sectores como energías renovables y tecnología digital, lo que refleja una apuesta por la modernización y la sostenibilidad.
La apuesta por las energías limpias ha sido clave en la competitividad de España, reduciendo el coste de la electricidad en un 40% en los últimos seis años. Todo esto señala la importancia de seguir apostando por la lucha contra el cambio climático y el Pacto Verde a nivel europeo.
Todo lo mencionado anteriormente forma parte de la cuarta dimensión de equilibrio, donde hemos hablado de un mercado laboral sólido con creación de empleo de calidad, moderación de precios que aumenta la capacidad de compra, competitividad en el sector exterior y una evolución controlada de las cuentas públicas. Desde el pico de deuda pública a principios de 2021, hemos reducido la deuda en más de 22 puntos de PIB, volviendo al 100%, recuperando el espacio utilizado para enfrentar la pandemia.
Recientemente, hemos superado el objetivo de déficit del 3% para 2024, alcanzando el 2,8%. Esto muestra la responsabilidad fiscal que asegura un crecimiento sostenible hacia el futuro. A pesar de estos logros, todavía enfrentamos desafíos y aspiramos a seguir avanzando en esta legislatura.
Uno de los desafíos es garantizar el acceso a una vivienda asequible, especialmente para los jóvenes. Además, buscamos mejorar progresivamente los salarios y aumentar la productividad de nuestra economía para mantener un Estado del bienestar sólido.
El Plan de Recuperación de la Unión Europea ha sido fundamental para nuestro crecimiento equilibrado y sostenible. Ha impulsado inversiones y reformas estructurales, modernizando nuestro tejido productivo y fomentando la creación de empleo en sectores de alto valor añadido como la investigación y el desarrollo. Además, ha facilitado la colaboración público-privada para impulsar la inversión en áreas clave como la renovación y la digitalización.
Este plan es un claro ejemplo de solidaridad y unidad europea en momentos de crisis, como la pandemia. Es crucial reforzar nuestros valores compartidos como europeos, incluyendo una visión abierta y multilateral, un crecimiento sostenible y un Estado del bienestar sólido. Estos pilares deben protegerse para garantizar el éxito de la Unión Europea.
Es importante mantener la relación transatlántica con los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, ya que ha sido clave para el crecimiento de ambas regiones. Esta relación es la más grande del mundo en términos de intercambio diario de bienes y servicios, alcanzando los 4.400 millones de euros.
Este es el nivel de comercio diario de bienes y servicios que se lleva a cabo. Si observamos la relación bilateral entre España y Estados Unidos, vemos que es una relación estratégica que debemos proteger. En los últimos diez años, el comercio bilateral entre ambas partes se ha más que duplicado, con una inversión extranjera de alrededor de 100.000 millones de euros en ambas direcciones. Es crucial proteger esta relación y fortalecer este vínculo.
Desde la Unión Europea y España, mantenemos una actitud constructiva para proteger esta relación y evitar medidas proteccionistas. Sin embargo, debemos estar preparados para defendernos si se presentan medidas injustas. Europa debe seguir avanzando en la integración del mercado interior y fortalecer alianzas con socios estratégicos, como Mercosur.
Además, debemos apostar por una economía sostenible y avanzar hacia la reducción de emisiones. Esto no solo nos ayudará en términos de sostenibilidad, sino que también será clave para nuestra seguridad y competitividad.
Es fundamental reforzar la apuesta por el Estado del bienestar de la Unión Europea y la perspectiva social como pilares del proyecto europeo. Debemos recordar la importancia de las políticas sociales y de igualdad de género, no solo como avances en derechos, sino también como impulsores de la competitividad.
Es nuestra responsabilidad devolver la esperanza y la confianza a los ciudadanos, fortaleciendo las instituciones y renovando constantemente nuestro contrato social. Esta reinvención constante es clave para lograr avances sin generar desafección y garantizar la sostenibilidad de nuestro modelo económico y social.
Aquí tenemos, en esta renovación del contrato social, dos elementos clave que señala la socióloga economista Minouche Safik que son la confianza, de nuevo, y las oportunidades. Volvemos a los mismos conceptos una y otra vez. Estos son los dos mensajes de los que cabe incidir y los que nos van a llevar precisamente a renovar este contrato social y a conseguir que no dejemos a nadie atrás en estos enormes retos que tenemos por concebir que tenemos por afrontar en los próximos años.
Y cierro ya. Reiterando estos dos mensajes de nuevo. Confianza y optimismo. Tenemos los mejores mimbres para enfrentarnos a los retos venideros y empezando, por supuesto, por las fortalezas de la economía española, este crecimiento fuerte, equilibrado, responsable y justo que es el motor de la zona euro y siguiendo por este sentimiento profundamente europeísta que tenemos los europeos, pero que tenemos en particular en España. Esto tiene que ser o tiene que suponer a la hora de enfrentar los retos que vienen una apuesta por nuestros valores. Desde ellos tenemos que ser capaces de aprovechar las oportunidades que se abren.
Suele decirse que Europa es un herbívoro en un mundo de carnívoros y que por lo tanto no podemos competir ni sobrevivir a largo plazo. Tenemos que estar precisamente a la altura del momento. Hay que ser valientes, avanzar en el proyecto de integración europea, pero tenemos que hacerlo partiendo de nuestros valores.
Una Europa omnívora es la que nos va a permitir precisamente prosperar en este nuevo orden internacional que se está redefiniendo.
Muchísimas gracias.
https://www.youtube.com/watch?v=NoMPwWsVt10
Transcripción realizada por el Departamento de Comunicación del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa
En la actualidad, el elemento esencial para mirar con optimismo al futuro es el crecimiento económico de España. Según los servicios de estudios, se espera que España lidere el crecimiento en 2025 y 2026, no solo entre las grandes economías de la zona euro, sino también a nivel mundial. Esto es motivo de orgullo y confianza en la capacidad del país para aprovechar las oportunidades que se presenten.
Además del crecimiento en sí, es importante destacar la forma en que se está logrando. A diferencia de ciclos anteriores, el crecimiento actual no está afectando negativamente a la productividad. Se están combinando elementos que no se habían dado antes, lo que crea un equilibrio en cuatro dimensiones clave: precios, mercado laboral, sector exterior y cuentas públicas.
En cuanto al mercado laboral, España está experimentando un crecimiento sostenido en la afiliación y una disminución del desempleo, todo esto en un contexto de aumento de los salarios. La creación de empleo se mantiene en niveles significativos y la productividad también está aumentando, lo que sienta las bases para un crecimiento sostenible.
Además, las medidas tomadas en años recientes, como la subida del salario mínimo y la reducción progresiva de la inflación, han contribuido a mejorar el poder adquisitivo de los ciudadanos. España está entre los países europeos que más están recuperando la capacidad de compra de sus ciudadanos, lo que se traduce en un crecimiento robusto que se refleja en los hogares.
El sector exterior también está contribuyendo de manera significativa a la competitividad de España, con un superávit por cuenta corriente histórico y un aumento en las exportaciones de servicios no turísticos. España se ha convertido en un hub de atracción de inversión extranjera, destacándose en sectores como energías renovables.
En resumen, España está experimentando un crecimiento económico sólido y sostenible, basado en la mejora del mercado laboral, el aumento de la productividad y la competitividad en el sector exterior. Estos factores son clave para seguir mirando con optimismo hacia el futuro del país. Claramente, la calidad y la cantidad de la inversión que está llegando es una señal evidente de su importancia, especialmente al ser el cuarto a nivel mundial en nuevos proyectos de inversión en el ámbito digital y de la inteligencia artificial. Esta apuesta también se ve reflejada en la competitividad que genera, como en el caso de las energías limpias.
Por otro lado, la evolución positiva de las cuentas públicas, con una reducción significativa de la deuda pública y un déficit por debajo del objetivo previsto, muestra una visión responsable hacia adelante. A pesar de estos logros, existen desafíos y metas pendientes en esta legislatura, como garantizar el acceso a viviendas asequibles y mejorar progresivamente los salarios.
El Plan de Recuperación europeo ha sido clave en este crecimiento equilibrado y sostenible, impulsando inversiones y reformas estructurales necesarias. Gracias a este plan, se está modernizando el tejido productivo, con un enfoque en sectores de alto valor añadido y una mayor inversión privada en áreas clave como la digitalización y la productividad.
La solidaridad y la unidad europea durante la crisis del COVID han sido fundamentales, demostrando la capacidad de reinventarse y salir fortalecidos de los desafíos. Es importante recordar estos valores europeos y reforzar nuestra identidad común en momentos de crisis. Europa es un proyecto en constante evolución, que se reinventa en tiempos difíciles, y es crucial mantener estos valores en el presente. Entre ellos, nuestra visión abierta y multilateral, nuestra visión sostenible de crecimiento económico y nuestra visión social, representada por nuestro Estado del bienestar, son pilares fundamentales que debemos mantener. Sin embargo, en las últimas semanas y meses, estos pilares han sido cuestionados, por lo que es crucial protegerlos para garantizar el éxito de la Unión Europea en el futuro.
En primer lugar, la Unión Europea se ha beneficiado del carácter abierto y multilateral que ha fomentado el crecimiento a través del libre comercio, especialmente con los Estados Unidos. Es crucial proteger esta relación transatlántica que ha sido clave para el crecimiento en ambos lados del Atlántico.
Además, es importante avanzar en la integración del mercado interior y reforzar las alianzas con socios estratégicos como Mercosur para diversificar y reducir riesgos frente a medidas proteccionistas. Europa debe ratificar el acuerdo con Mercosur para fortalecer las relaciones comerciales y demostrar su fiabilidad como socio.
El segundo pilar es la apuesta por una economía sostenible, que incluye la reducción de emisiones y el desarrollo de infraestructuras comunes para garantizar la distribución eficiente de energía en el futuro. Esto no solo es clave para la sostenibilidad, sino también para la seguridad y competitividad de la Unión Europea.
Por último, es fundamental reforzar la apuesta por el Estado del bienestar y la perspectiva social como elementos definitorios del proyecto europeo. En un momento de creciente desafección con las instituciones, debemos recordar que las políticas sociales han permitido reducir la desigualdad y son fundamentales para el éxito y la cohesión de la Unión Europea. Buenos días, gracias por la invitación. Es un placer estar aquí y poder hablar sobre oportunidades en un día que es particularmente indicado para resaltar esta palabra. Aunque me han pedido que sea extenso en mis palabras, intentaré trasladar mensajes claros en la medida de lo posible.
En el año 2025, la incertidumbre es una palabra clave, especialmente debido a los aranceles y los grandes cambios que hemos experimentado, sobre todo desde la pandemia de COVID-19. La geopolítica vuelve a ser fundamental en la realidad económica actual, poniendo en duda pilares como el multilateralismo, el libre comercio y la cooperación internacional.
En este contexto de enorme incertidumbre, quiero transmitir un mensaje de confianza y optimismo. Se abren oportunidades para España y Europa, con fortalezas que nos permiten convertir los desafíos en oportunidades. Es fundamental aprovechar este momento para reforzar nuestro papel a nivel internacional.
Detallando algunas de las fortalezas de España y Europa, podemos ver en qué se fundamenta este mensaje de confianza y optimismo. Empezando por España, contamos con infraestructuras digitales, energéticas y físicas que nos brindan una ventaja comparativa esencial.
En el ámbito social y de igualdad de género, hemos avanzado en la igualdad de derechos, generando competitividad y mejoras en los resultados de las empresas. Es fundamental devolver la esperanza y la confianza a los ciudadanos, reforzando la sostenibilidad de nuestro modelo económico y social a través de la renovación del contrato social.
La confianza y las oportunidades son elementos clave en esta renovación, según la socióloga economista Minouche Safik. Debemos apostar por nuestros valores y ser valientes en el proyecto de integración europea, aprovechando las oportunidades que se presentan.
Europa debe adaptarse al nuevo orden internacional, siendo una Europa omnívora que nos permita prosperar en este contexto redefinido. Confianza y optimismo son fundamentales para afrontar los desafíos venideros, aprovechando las fortalezas de la economía española y el sentimiento europeísta que compartimos.
En conclusión, este es un momento de oportunidades que debemos aprovechar para reforzar nuestro liderazgo a nivel internacional. Con confianza y optimismo, podemos enfrentar los desafíos actuales y convertirlos en oportunidades de crecimiento y desarrollo. ¡Muchas gracias! Además de contar con nuestro idioma, aspectos sociales, culturales, calidad de vida, trabajadores cualificados y una posición geoestratégica envidiable, España tiene todas las condiciones para ser un líder internacional o europeo y aprovechar las oportunidades. El uso de estas ventajas se refleja en nuestro modelo de crecimiento equilibrado, sostenible, justo y responsable, que nos ha llevado a ser la economía líder de la zona euro, con tasas de crecimiento robustas y previsiones de continuar liderando en los próximos años.
Este éxito se debe a un mercado laboral en crecimiento con afiliaciones récord y tasas de desempleo mínimas, acompañado de subidas salariales continuadas. Esta mejora en el empleo y la productividad sienta las bases para un crecimiento sostenido, apoyado también en la reducción progresiva de la inflación y la mejora del poder adquisitivo de los ciudadanos.
Además, el sector exterior español se ha convertido en un vector de competitividad extraordinario, alejándonos de la situación de endeudamiento histórico frente al exterior que vivimos antes de la crisis financiera. En resumen, España está demostrando su capacidad para crecer de manera equilibrada y sostenible, liderando el crecimiento en la zona euro y en las economías avanzadas del mundo. Contamos con una capacidad de financiación frente al exterior que alcanza un récord de más del 4% del PIB en el año 2024. Dentro del sector exterior, destacamos el crecimiento de los servicios no turísticos, que superan en valor a los servicios turísticos, lo que demuestra una modernización de nuestra actividad económica. Además, España ha sido el quinto país del mundo con mayor número de nuevos proyectos de inversión extranjera directa, lo que indica la competitividad de la economía española.
La apuesta por las energías limpias está demostrando ser un factor de competitividad, con una reducción del 40% en el coste de la electricidad en el mercado mayorista gracias al incremento de la producción de electricidad a través de renovables. Esta evolución se complementa con una evolución de las cuentas públicas controlada, con una reducción significativa de la deuda pública y un déficit por debajo del objetivo previsto.
A pesar de los logros alcanzados, todavía existen retos y ambiciones por delante para seguir avanzando, como garantizar el acceso a una vivienda asequible y mejorar los salarios para que la economía sea más productiva. El Plan de Recuperación de la Unión Europea ha sido fundamental para impulsar estas mejoras y modernizar el tejido productivo español. Si observamos los sectores con mayor crecimiento en afiliación, podemos ver que se concentra en áreas de alto valor añadido, como actividades científicas e I+D. Este crecimiento se ve impulsado por la inversión en el Plan de Recuperación y la colaboración público-privada, especialmente en sectores clave como la digitalización y la renovación de la productividad.
El Plan de Recuperación, en conexión con la vertiente europea, es un claro ejemplo de solidaridad y unidad en respuesta a crisis como la provocada por el COVID-19. Es crucial reforzar los valores europeos, como la visión abierta y multilateral, el crecimiento sostenible y el Estado del bienestar, que han sido cuestionados recientemente.
En cuanto a la relación transatlántica, es fundamental protegerla y fortalecerla, ya que es la más importante del mundo en términos de intercambio comercial e inversión. En este sentido, se debe mantener una actitud constructiva para evitar medidas proteccionistas que perjudiquen a ambas partes.
Europa debe seguir avanzando en la integración del mercado interior y en reforzar alianzas con socios estratégicos, como Mercosur. La ratificación del acuerdo con Mercosur será crucial para fortalecer las relaciones comerciales y reducir los riesgos de medidas proteccionistas.
En cuanto a la economía sostenible, la Unión Europea se compromete a reducir las emisiones en un 90% para 2040, a través de iniciativas como el Clean Industrial Deal. Es importante aprovechar el mercado único europeo y desarrollar infraestructuras comunes para seguir avanzando en esta dirección. Ensuring, therefore, transportation, guaranteeing efficient distribution in the future.
And this, of course, is an important element for sustainability, but also a key focus in terms of security.
We expect significant investments in this area in the coming years, as well as those already taking place, among other things, to have sufficient generation to support investments in technology and processing capacity that we will have in the coming years. It is not only a key element for security, but also for competitiveness.
All of this will be accompanied, because these are not mutually exclusive elements, by an ambitious agenda for administrative simplification. We must try to avoid pitting the green objective against the competitiveness or administrative simplification objective. We will be able to combine ambition in climate action with cost reduction for our companies, thus not giving up on the ambition to make our operations and businesses increasingly productive.
The third point, which I believe is now probably the most important in the short term, is to strengthen the commitment to the welfare state of the European Union and the social perspective as a defining factor of the European project.
It is important to remember this element at a time when disaffection with institutions is becoming increasingly evident internationally and when policies that have made enormous progress and helped reduce inequality in recent years are being increasingly questioned.
Policies in the social sphere, but also policies on diversity or gender equality that are not only advancing equality of rights so necessary in countries like those in the European Union, but also, once again, a vector of competitiveness, as we saw in all the analyses highlighted on March 8th, but it is worth remembering every day because advancing the use of female productive factor, that is, the underutilized human capital we have, also leads to improvements in results for companies.
Krugman recently advanced in his farewell article in December in the New York Times, titled «Finding Hope in an Era of Resentment,» that it is our obligation to restore hope and confidence to citizens, hope and confidence in institutions as a fundamental element, as an anchor in this moment of great uncertainty.
This constant reinvention that Delors spoke of, which must lead us from now on to renew the social contract, is the key to achieving the measures and progress we need in the coming years without generating disaffection and strengthening the sustainability of our economic and social model.
In this renewal of the social contract, we have two key elements that the economist sociologist Minouche Safik points out: trust, once again, and opportunities. We return to the same concepts over and over again. These are the two messages we must emphasize and that will precisely lead us to renew this social contract and ensure that no one is left behind in the enormous challenges we have to conceive and face in the coming years.
And I will conclude now. Reiterating these two messages again. Trust and optimism. We have the best tools to face the challenges ahead, starting with the strengths of the Spanish economy, this strong, balanced, responsible, and fair growth that drives the eurozone, and continuing with this deeply European sentiment that we Europeans share, but particularly in Spain. This must be or must represent an investment in our values when facing the upcoming challenges. From them, we must be able to seize the opportunities that arise.
It is often said that Europe is a herbivore in a world of carnivores and therefore we cannot compete or survive in the long term. We must rise to the occasion. We must be brave, advance in the European integration project, but we must do so based on our values.
An omnivorous Europe is what will allow us to thrive in this new international order that is being redefined.
Thank you very much.
Transcription carried out by the Department of Communication of the Ministry of Economy, Commerce, and Enterprise
Please rewrite this sentence. Can you please rephrase this?
FUENTE