Empresarios resisten política económica del «sanchismo» en verano.

Empresarios resisten política económica del «sanchismo» en verano.
Los empresarios se enfrentan a negociaciones sobre los recortes Horario de trabajo legal de 40 horas semanales a 37,5 horas. como, ahora, una negociación. Tras un fallido ultimátum del Gobierno, que incluso acusó a los empresarios de «burlarse» del diálogo social El cambio de tono beneficia los intereses de CEOE y Cepyme, las organizaciones empresariales presentes en las conversaciones.
El ejecutivo dio un giro de 180 grados en su actitud con los empresarios, después de que La Moncloa señalara algo a los negociadores del Ministerio de Trabajo: Sin un acuerdo social firmado por CEOE y Cepyme, será muy difícil que el Congreso apruebe la reforma, ya que se necesitan los votos del PNV y de Junts. Incluso abriría la puerta a una abstención del PP, que ya le ha colocado en el primer puesto de la Cámara baja.
Vicepresidente Segundo y Ministro de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha estado trabajando duro esta semana para atraer gente de negocios. En un desayuno informativo organizado por el Foro Nueva Economía, Díaz insistió en los beneficios de reducir jornada, ya que aumentará la productividad y permitirá tener más tiempo para otras actividades. También, En lugar de un «chillido», aceptó que se trataba de un corte «ordenado pero no ‘falso'»..
El gobierno ha suavizado su postura en las últimas semanas y ha ofrecido una transitorio a lo largo de 2025 para su entrada en vigor de esta jornada reducida, así como la posibilidad de repartir más horas de forma irregular a lo largo del año, con la mirada puesta en aquellos sectores de mayor actividad (como la hostelería en verano o el campo durante las épocas de cosecha) que serían, también los más afectados por los cambios en el tiempo de trabajo.
La vicepresidenta Díaz admitió públicamente, por primera vez, que un acuerdo social no será garantía suficiente para que continúe la reducción de jornada, lo que sonó como un intento de poner una venda en la herida: «Estoy en un dilema difícil. «Podemos llegar a un acuerdo en la mesa de diálogo social y ser derribados, como casi pasó con la reforma laboral».
Los empresarios han alzado la voz en las últimas semanas y saben que son fuertes, gracias al equilibrio del Gobierno a la hora de convencer a sus socios. Subir el salario mínimo interprofesional (SMI) con la patronal en contra (el Real Decreto es prerrogativa exclusiva del Ejecutivo) no es lo mismo que aplicar una norma que deben votar las Cortes Generales.
El tono más duro lo adoptó el vicepresidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, precisamente porque las pequeñas empresas serán las más afectadas por la reducción de la jornada laboral. «Esto demuestra que hay poco espacio para la empresa privada frente a un Gobierno que adopta la tesis comunista»dijo durante la Asamblea Anual de la organización, donde se leyó un manifiesto contra el intervencionismo del Ejecutivo.
Respecto a las negociaciones, la patronal se muestra discreta, más allá de la postura que adopta el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, cada vez que se le pregunta sobre este tema. «Lo que se propone es abrir en la vena, abrir en el canal, absolutamente todos los acuerdos de España», dijo el jueves, aunque aclaró que la mesa de diálogo social «sigue abierta».
El gobierno se acercó a los empresarios hasta el punto de bloquear el ingreso Conpymes, patronal rival de CEOE, en el diálogo social. El cambio de representación empresarial en el diálogo social está tanto en el Acuerdo Resumen PSOE-Gobierno como en el Plan Regulador Anual para este año. Y esta semana Yolanda Díaz cerró la puerta: «Respetaré estrictamente la ley», respondió al respecto.
En el futuro, y con el cierre de la mesa de diálogo sobre el programa de trabajo, el Gobierno pretende retomar la reforma de los despidos, logrando la compensación de los improcedentes y también la causalidad de los objetivos. Queda por ver si podrá lograr que los empresarios se sumen a esta propuesta.

FUENTE

nuevaprensa.info

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