El representante institucional del PNV, Koldo Mediavilla, instó a las instituciones públicas vascas y a sus representantes a ratificar su «compromiso con la verdad, la justicia y el juego limpio» después de que se cerrara el caso por las presuntas filtraciones de exámenes en la OPE Osakidetza 2016-2017 al no existir «indicios racionales de la comisión del delito».
En un artículo en su blog, Mediavilla resaltó que después de seis años de investigación, el juez concluyó que las acusaciones se basaban en «sospechas, suposiciones y rumores», y señaló que este supuesto «escándalo» afectaba «a una base de servicios» del Gobierno Vasco liderado por el PNV, y fue «alimentado» con «una campaña feroz» que causó una «notable pérdida de reputación» del Ejecutivo y la dimisión del entonces consejero de Sanidad, Jon Darpón, y la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica, entre otros.
Algunos partidos convirtieron el Parlamento en una especie de tribunal revolucionario, donde el acusador pronunciaba la sentencia y esperaba que cayera el filo de la guillotina, mientras junto al patíbulo las «tricoteuses» de las medias tejidas esperaban que rodara la cabeza del ejecutado en las escaleras, señaló.
Koldo Mediavilla afirmó que no espera que «se retracten ni pidan disculpas a los afectados», ni que «dimitan o abandonen la actividad pública como consecuencia de su intolerable falta de respeto a la verdad».
Sin embargo, explicó que les pedirá «que no insistan en mantener el discurso de infamia», «sospecha» y presunto fraude «quedando impune» cuando el caso ya ha sido cerrado.
Estamos viviendo tiempos en los que la destrucción del oponente se ha convertido en el gran objetivo de algunos. Esto está sucediendo aquí y allá, en todas partes. Basta mirarse en el espejo del Estado para apreciar la degradación de la convivencia democrática. Para ello se utilizan todo tipo de estratagemas y herramientas, censuró, para advertir de la «difusión masiva de bulos, fake news y campañas de desprestigio».
El propósito no es buscar el bien común ni transformar el bienestar de la comunidad. Es simplemente obtener poder a cualquier precio, lamentó.
Mediavilla recordó que la «manipulación y acoso» en Euskadi quedó confirmado «por el llamado caso OPE Osakidetza», y forma parte de «esa política ‘líquida’ de peleas sin escrúpulos».
«Su resultado debería hacernos pensar en el inmenso daño que actitudes como las mantenidas en este caso están haciendo al sistema democrático y el innegable daño que provoca la pérdida de confianza de los ciudadanos en sus instituciones y en aquellos a quienes representan», añadió.
En su opinión, «con campañas de acusación como la vivida en OPE Osakidetza se aniquila un principio básico, el de la presunción de inocencia». “Aquí, contrariamente a lo que se debería considerar, todos son culpables hasta que se demuestre lo contrario. Bajo ese axioma se alimenta constantemente la sospecha, ‘todos son iguales’. Y, al final del ciclo de deslegitimación, política con basura”, indicó.
Según denunció, esto se ve favorecido por el uso interesado y nocivo de formulaciones supuestamente garantistas, como la acusación particular, que, lejos de estar reservadas a las víctimas de delitos, son utilizadas por formaciones ideológicas o de presión para influir en la opinión pública a través de un proceso paralelo, ilegítimo e interesado.
Por ello, destacó que «las instituciones públicas vascas y quienes en ellas están representados harían bien en ratificar su compromiso con la verdad, la justicia y el juego limpio, porque lo que está en juego son los derechos fundamentales de todos».