El inquietante fenómeno que la humanidad no puede detener.
Los ríos perdidos se tiñen de rojo sangre debido a un fenómeno imparable por la humanidad. Hace poco explicábamos cómo la reducción del caudal ecológico mínimo está poniendo en peligro la salud de varios ríos, y ahora estamos viendo un cambio aterrador en las aguas de una parte del mundo.
Estas corrientes de agua representan ecosistemas muy importantes en la tierra. Podrían compararse con los vasos sanguíneos del cuerpo humano, pero aplicando el concepto a la tierra, ya que son responsables de funciones vitales para su correcto desarrollo. Son cursos de agua, generalmente de baja salinidad, por lo que se suelen asociar con agua dulce, aunque tengan cierto nivel de salinidad.
Se originan en el deshielo de altas montañas o en la unión de otros arroyos y ríos más pequeños. Son cruciales para la biosfera porque son una excelente fuente de agua para los seres vivos y albergan una gran cantidad de hábitats con una gran biodiversidad.
Los ríos se tiñen de rojo en Alaska
Alaska ha visto cómo sus ríos se tornan de color rojo sangre o naranja debido al cambio climático. Decenas de arroyos y ríos lejanos de Alaska han cambiado sustancialmente de un azul cristalino a un naranja turbio debido al deshielo del permafrost que expone minerales oxidados en la superficie.
Un grupo de investigadores de la Universidad de California Davis, junto con científicos del Servicio Geológico de los Estados Unidos y el Servicio de Parques Nacionales, confirmaron que al menos 70 ríos y arroyos en Alaska cambiaron de color debido al fenómeno conocido como drenaje ácido de roca.
Los expertos advierten que este proceso suele darse de manera artificial, aunque también puede ocurrir de forma natural. En este último caso, se produce cuando metales almacenados en la roca durante miles de años entran en contacto con moléculas de agua y comienzan un proceso de oxidación.
«Solía impartir una clase de laboratorio centrada en el drenaje ácido de rocas y el drenaje ácido de minas en las Montañas Rocosas de Colorado, y llevaba a los estudiantes a minas abandonadas», explica el profesor de UC Davis, Brett Poulin, uno de los principales investigadores del fenómeno.
Parece sangre: los ríos de Alaska están cambiando de color
Por otro lado, el biólogo del Servicio Meteorológico de los Estados Unidos, Mike Carey, dijo que en 2018 regresó a Alaska para investigar y encontró algo inédito: “Todo estaba bien en 2017. Estaba recolectando peces, macroinvertebrados. Pero cuando regresamos en 2018, todo el río, todo el afluente, se había vuelto naranja. «No pudimos encontrar ningún pez en el arroyo y la comunidad de macroinvertebrados quedó diezmada».
Carey le dijo a la BBC que al principio algunos expertos pensaron que se trataba de «un evento único ocurrido ese año y relacionado con factores temporales». Sin embargo, este fenómeno ha seguido presente y afecta ya a 75 ríos y sus afluentes en la cordillera de Arroyos.
«Nuestra hipótesis es que el derretimiento del permafrost (capas congeladas de suelo) permite que el agua penetre más profundamente e interactúe con minerales que han estado atrapados durante miles de años», dijo el profesor Poulin.
¿Lo que sucede con las aguas de Alaska afecta la vida animal y humana?
Según información proporcionada por National Geographic, existen riesgos con este fenómeno, dado que existen posibilidades de propagación de virus o bacterias liberadas en el proceso. El problema continúa creciendo y podría plantear riesgos para los hábitats de la vida silvestre local y algunos sistemas ecológicos, y podría plantear riesgos para la salud humana.
En resumen, lo que sucede con los ríos de Alaska preocupa a la humanidad tanto como las zonas secas propensas a incendios forestales.